Con la de hoy hemos llegado a las 1400 entradas bebercieras, lo cual no es moco de pavo. Para celebrarlo vamos a catar una cerveza muy especial, que nos va a permitir, además, llegar a este número tan señalado con exactamente las mismas entradas bajo las etiquetas "cerveza" y "vino" (577 de cada, para ser precisos).
Ya os dije cuando visitamos por primera vez la Brasserie Cantillon que volveríamos por allí: hoy voy a cumplir esa promesa con una botella que compramos en aquel momento y que se abre para celebrar esta ocasión.
La parte superior de la brasserie Cantillon, que utilizan como almacen (sobre todo para guardar el grano). La cervecera es también museo y bar.
La que hoy probamos es una gueuze que elaboran mezclando diversas cervezas de fermentación espontánea (lambic) y envejeciéndola durante dos años en roble francés. También llevan a cabo un dry-hopping con la variedad Hallertau, para darle más personalidad.
Está bautizada en honor al equipo de fútbol bruselense Union Saint-Gilloise, cuyos orígenes se remontan 120 años al municipio de Saint-Gilles, parte de la capital. La etiqueta muestra sus colores y, en marca de agua, el escudo, como podéis observar a continuación:
Tapada con chapa y corcho. Este último está grabado con el nombre de la cervecera y la añada.
La etiqueta indica la fecha de embotellado: 30 de diciembre de 2016. La de apertura es hoy mismo, 13 de febrero de 2018. Así pues, ha estado embotellada más de un año. No creáis que es mucho: estas cervezas aguantan muchísimo en botella (y mejoran); en la propia etiqueta establecen la fecha de consumo preferente en las dos décadas posteriores a ser embotellada. Tela.
Cantillon Cuvée Saint-Gilloise. Cerveza belga de fermentación espontánea envejecida en barrica. 5,5%
Catada el 13 de febrero de 2018.
- Naranja ambarino turbio, con irisaciones verdosas. Crema espumosa efímera de color blanquecino (en la foto superior la podéis ver, pero en unos segundos se ha ido por completo).
- Intensidad aromática media: el conjunto de olores es, predominantemente, cítrico: naranjas de Sevilla, limones brasileños, lima, pomelos blanco y rosa e, incluso, kumquat (ese cítrico chiquito tan peculiar, que se come con cáscara y todo). También hay azahar y albero.
- Ataque muy seco (pero mucho, oiga) y con carbónico marcado, pese a que en la fase visual no se apreciaba burbuja alguna más allá de la efímera crema. Paso muy fresco y algo salino. Final amargoso, de nuevo muy seco, con bastante persistencia. Si os gustan las gueuzes, como a un servidor, os encantará.
En esta foto tan vertical brindo, con la sudadera de Cantillon y una Cantillon en la mano, por estas 1400 entradas con todos vosotros, esperando que sigáis ahí en las siguientes. Gracias, campeones.
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