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domingo, 29 de abril de 2018

Yokaloka

En el centro histórico de la capital española, llamado Madrid de los Austrias, hay rincones muy castizos y curiosos, como el que queda de espaldas a la plaza de Antón Martín, entre las calles Santa Isabel y Atocha, y que marca la frontera entre los barrios de Lavapiés y Letras. En apenas un par de manzanas se encuentra uno con lugares tan emblemáticos como el cine Doré (que es la sala de proyecciones de la Filmoteca Española), el pasaje Doré (peatonal, estrechito y lleno de puestos castizos) o el muy tradicional mercado de Antón Martín.

Esta es una de las entradas al mercado. No se puede decir que sea soso, ¿verdad?


En Madrid, los mercados tradicionales han seguido tres posibles caminos ante los nuevos tiempos (nuevos tiempos en que los supermercados se han ido imponiendo, y también las compras por Internet). Estos tres caminos, a mi modo de ver, son: 1) desaparecer; 2) aburguesarse transformándose en destinos sibaritas (como ha pasado con los de San Miguel o San Antón); 3) seguir fieles al mercado tradicional pero con un valor añadido (que puede ser de lo más diverso).

En este tercer grupo hay cierta esperanza para el mercado de toda la vida: se trata de ofrecer lo mismo de siempre y algo más. Ese algo más es la clave para no sucumbir ante la apisonadora de los hipermercados abiertos 24 horas, los precios tirados o la comodidad de la compra en casa. ¿En qué consiste ese plus? Pues es tan amplio como la imaginación de los gestores. En San Fernando hay clases de swing y vermú cuando hay Rastro; en Barceló se rediseñó toda la arquitectura y el interior, y en Antón Martín han aparecido unos puestos donde tomarse algo muy interesantes. Entre ellos, Yokaloka.

¿Y qué es Yokaloka? Pues un restaurante japonés de lo más improbable por su ubicación: en uno de los puestos de la planta baja del mercado. Pese a estar tan oculto, andando el tiempo se ha convertido en un destino de lo más apetecido.

Podéis comprobar que es un puesto en todo el centro de la planta baja. Además de los taburetes en la barra, hay unas escasísimas mesas para las que hay que llegar muy pronto (porque no aceptan reservas).


El nombre de Yokaloka viene por la propietaria, Yoka Kamada. Aquí, uno puede tomar cocina japonesa hecha al momento en una minúscula cocina (que ocupa otro puesto; en la foto se intuye tras el que hace las veces de sala). Hay ramen, hay sushi, hay tempura, sashimi... cocina japonesa de toda la vida.

La minúscula cocina vista desde la minúscula sala. Todo es en miniatura, como si se tratase del restaurante japonés de Pin y Pon.


Empezamos la desgustación con una ensalada de wakame y tofu, todo un clásico nipón.


Miso con tofu y kombu: otro clásico (ya os he dicho que es cocina japonesa tradicional). A la hora de tomar el miso mi recomendación es que no uséis las incomodísimas cucharas que os traen, sino que bebáis directamente del cuenquito. Más cómodo y perfectamente protocolario allá donde haya palillos en lugar de cubiertos.


Chirashi: mmm, qué rico. Sobre una base de arroz de sushi se colocan distintas piezas de sashimi. Es, por así decir, un sushi que no se ha terminado de preparar pieza a pieza, sino que te lo dan todo junto.


Este es un detalle que me gusta mucho: en los tiempos cada vez más concienciados en que vivimos, se agradece que tengan la opción de un menú vegano como el de la foto. Nada de carne, ni de pescado, ni de marisco, ni de queso, ni de huevo... pero todo rico, original y nutritivo.


El gran clásico de los restaurantes japoneses en occidente: nigiri variado (y dos piezas de California roll). Atún, salmón, sepia, caballa, langostino, pez mantequilla y salmón picante (que se repite en la siguiente foto). Los dos rollitos van cubiertos de huevas de salmón.


Maki Fusión, nigiri de tartar de salmón picante e inarizushi: en primer plano, una concesión a la modernidad en este plato, con un maki que fusiona oriente y occidente. Detrás, el salmón picante que acabamos de ver e inarizushi, una bolsita de tofu frito rellena de arroz de sushi.


Actualización a 8 de agosto de 2019: ayer estuve por aquí de nuevo y descubrí que han incorporado este nuevo plato: poké bowl de salmón y atún. Con un huevo cocido a baja temperatura, verduritas y arroz. El poké, plato hawaiano a base de dados de pescado crudo, se está poniendo muy de moda en los últimos tiempos en Madrid, así que se han subido al carro con esta versión. Muy rico.


Una ventaja de tener el restaurante dentro del mercado es que no hace falta moverse mucho para tener al alcance de la mano un buen número de opciones más allá del japonés. ¿Que queréis empezar con unas ostras y champán? En la esquina hay un puesto. ¿Que queréis unas cervecitas artesanas, unos vermús o unos vinos? Pues a dos pasos tenéis una tasca especializada en "cosas ricas". ¿Unos quesos cortados al momento? En la planta superior. ¿Un té? enfrente. Sin necesidad de levantaros de la mesa os traen lo que queráis de los puestos de alrededor: infusiones, ostras, birra artesana... Y todo dentro de un ambiente interesantísimo, y por precios razonables.

Y podéis ir luego a la Filmoteca a ver una peli por dos pavetes, para redondear la jugada.



Yokaloka
Gerente: Yoka Kamada
Mercado de Antón Martín, planta baja (Santa Isabel 5), 28012, Madrid
+34 610 602 722
https://www.yokaloka.com/
Precio medio: 20 €













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