Llamadme esnob o sobrado; pese a ser uno de los vinos más conocidos de España (pese a que su reputación no sea buena) nunca me había parado a catarlo. Es uno de esos vinos que tienen fama, sí, pero de chuscos, como otros tantos que, desde aquí mismo, me comprometo a catar. Si en Bebercio está el brik de Cumbres de Gredos es que todo tiene cabida (siempre que sea bebercio). A ver si no voy a ser tan esnob ni tan sobrado (quién sabe).
Es el primer vino en el blog que lleva las etiquetas, a la vez, de espumoso y rosado; normalmente, con los espumosos con DO, no menciono color porque es un tanto engañoso, ya que hay blancos de uvas tintas o rosados que mayoritariamente se han elaborado con uva blanca. Pero con este vino de mesa que especifica a la vez que es rosado y de aguja (esto es, muy poco espumoso), y que parece más un refresco, no he sabido muy bien qué hacer, así que lo he puesto en ambas categorías. Venga.
Peñascal rosado
Bodegas Peñascal
Vino de mesa
11,5%
Catado el 12 de julio de 2018.
- Ojo de perdiz, limpio y de capa muy abierta, con burbuja apreciable en la espumilla que forma en superficie o en las paredes al mover el vino.
- Intensidad aromática media: gominolas rojas de fresa y frambuesa (regaliz rojo, fresitas, besitos, ladrillos, etc).
- Carbónico conspicuo pero no agresivo. Ligero, fresco, más seco de lo que esperaba y con final también más amargoso de lo que creía, lo que eleva la persistencia. Os voy a decir una cosa: sin ser ninguna maravilla, debo admitir que no está malo. Espero que ahora no me odien los esnobs y sobrados.
Lo he encontrado en Carrefour a 3,95€.
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