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jueves, 7 de febrero de 2019

Carlito

Allá a mediados de los 50 del siglo pasado la bodega Williams & Humbert, de Jerez, sacó al mercado una colección de mini-botellitas: 12 miniaturas de los distintos bebercios que la casa producía, supongo que para regalo o regocijo individual.

Algunas de esas referencias siguen existiendo hoy; otras, como la de hoy, han desaparecido y apenas encuentro información en los Internetes (fuera de algún loco que vende una botellita a precios disparatados en foros varios y, claro, nadie puja ni oferta ni nada).

El caso es que en casa de mi amiga Ana aparecieron unas cuantas, que ella no se atrevía a tirar (pese a un aprecio por tirar cosas bastante elevado), seguramente porque son cuquísimas. Lo de conocer a un sumiller en estos casos viene bien, así que tengo el cometido de irlas catando. Es posible que algunas sean maravillas enológicas; también que otras sean tóxicas: toda una aventura. Muchas tienen una merma considerable pese a estar selladas, como la de hoy, lo cual no augura nada bueno.

Carlito era un amontillado que la casa producía; aunque hoy produce varios, ninguno responde a esta forma tan curiosa de hacer el diminutivo de Carlos (y que me recuerda a la peli de Pacino). Como en la etiqueta no viene grado alcohólico y no encontré nada, pues ni flores. De los amontillados actuales de la bodega, Jalifa tiene un 18%, Don Zoilo un 19% y el amontillado 2003 nada menos que 20,5%, así que vaya usted a adivinar. Os lo dejo a vosotros y vuestras bolas de cristal. Si lo sabéis, a los comentarios, please.

No vale juzgar todo Carlito por esta cata, dado que la merma era impresionante: apenas quedaba un dedo en la botella, ya lo veréis en la foto (todo lo que quedaba es lo que hay en el catavinos).

Carlito
Williams & Humbert SA
DO Jerez-Xérès-Sherry
¿%?
Catado el 4 de febrero de 2019.
  • Topacio abierto, muy sucio (posos a punta pala), con ribete verdoso.
  • Intensidad aromática todavía muy alta: chocolate, muebles de roble antiguos y viejos (que no es lo mismo), acetatos, barnices, lacas, humo, pasas, Calvados.
  • Terriblemente ácido, puede que el vino más ácido en mi experiencia. Acuoso, sin nada de alcohol a estas alturas. Curiosamente el postgusto es agradable y largo, con notas de hueso de melocotón y pasas por vía retronasal. Insisto: no vale juzgar solo por esta botellita, aunque es la única posibilidad de hablar de este vino que el chache ha tenido (y quizá tendrá).
Fijaos en qué poquito quedaba: todo lo demás se había evaporado.
Cataremos más botellitas de esta colección. ¿Encontraremos alguna joya escondida?

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