Buscar en Bebercio

Donar

miércoles, 6 de febrero de 2019

Spencer Monks' Reserve Ale

De la abadía trapense estadounidense de Spencer hemos catado su ale básica y su cerveza navideña. Tienen un montón, pero ya se sabe: pasito a pasito. En esta ocasión vamos a catar la que denominan "reserva de los monjes", nombre que promete.

La clasifican como quadrupel, pero ya os aviso de que no basta con decir en la etiqueta que lo es para que lo sea. Estamos, a todas luces, ante una stout (dado el grado alcohólico ante una stout imperial). Con eso en mente vamos a catarla, y luego aclaramos datos (para no empezar con demasiados spoilers que nos puedan arruinar la cata, los justos para estar impacientes por realizarla).

Spencer Monks' Reserve Ale. Ale trapense estadounidense. 10,2%
Catada el 1 de febrero de 2019.
  • Totalmente negra, brillante, cubierta, con crema color hueso que desaparece completamente (como auguraba el grado alcohólico).
  • Intensidad aromática media: achicoria, aceto di Modena, salsa de soja, mora, regaliz.
  • Tacto suave y untuoso, con carbónico bajo. Final torrefacto (fundamentalmente café), con amargor contenido pero evidente, de persistencia elevada.
Servida en su propia copa en la cervecería Polar (Madrid).


A ver, la cuestión de si es o no una cuádruple: una quadrupel (o abt) es el epítome de la cerveza trapense, muy deseadas y perseguidas, por lo que no es extraño que toda abadía quiera tener la suya. Son cervezas muy potentes (y eso esta lo cumple), pero esa no es su única característica.

Se trata de birras oscuras, sí, pero no negras; la crema no desaparece, sino que aguanta y es abundante; en nariz son muy aromáticas (nada de intensidades medias) y predominan aromas relacionados con las dubbelen, tales como frutas del bosque, caramelos, mieles, flores oscuras... Aquí, no obstante, tenemos predominio de torrefactos, tan típicos de la stout, y por ahí aparece el regaliz, míralo como viene tan pichi, que es característico de este estilo tan asociado a Irlanda.

En boca las cuádruples son dulzonas, cremosas, de trago lento y con persistencias elevadas en las que no hay ni gota de amargor. Sin embargo, aquí no hay ningún dulzor y sí tenemos ese amargor final (y la vuelta de notas torrefactas), lo que, una vez más, nos aleja de cuádruples y nos acerca a stouts.

No tengo nada en contra de una stout trapense, es más, me parece formidable; pero no tengamos complejos y llamemos a las cosas por su nombre, que luego la gente se nos lía (bastante lío hay ya en el mundo de los estilos cerveceros como para enredar aún más).

En cualquier caso, una birra muy interesante de la única abadía trapense de ultramar (por el momento).

3 comentarios:

  1. Cuando haces referencia al carbónico bajo, ¿a qué te refieres? ¿A la sensación del gas en la boca? ¿A la cantidad de burbujas que se aprecian...?
    Con mi falta de pericia no sé muy bien cómo definirlo, pero cuando probé esta cerveza (y me ha pasado también con otras Spencer), me dio la sensación de que estaba demasiado gasificada. Puede que sea cosa de mis gustos personales o que no esperaba tanto gas en este estilo, no lo sé.

    Un saludo,
    Sergio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, justo, me refiero a la sensación de gas en boca o a la cantidad de burbujas que se notan. Si notaste mucho gas es justo lo contrario; explicaciones hay muchas, pero no deja de ser justo lo opuesto; quizás fuera el estilo, quizás la partida, quizás los gustos...

      Eliminar
  2. No habría sido capaz de desarrollar mejor ninguna de tus valoraciones. Spencer en su linea de innovar ha dado en el clavo. No suelo confiar en extravagancias por parte de estos nuestros trappenses, pero con esta quadrupel y la formidable IPA me han dejado con ganas de más. Nos vemos en la polar descubriendo más birritas!

    ResponderEliminar