En primer lugar, su carta es exigua. Cinco primeros, cinco segundos, dos postres. Fin. Y en la mencionada mayoría estamos acostumbrados a menús gigantescos de más de cien platos que, no obstante, se repiten sistemáticamente de restaurante en restaurante.
En segundo lugar, Lam y Yin tienen una estrella Michelin. Y eso no es muy común en la mayoría de restaurantes cantoneses, la verdad. Así pues, ¿a qué se deben estas diferencias? Pues simplemente al estilo de cocinar, haciendo hincapié en la materia prima y la simplicidad, y en la atención al detalle, que no por minimalista es menos agradable. Echemos un vistazo.
Esta es la fachada, en la calle Reynder, dentro de un edificio muy flamenco. El restaurante ocupa la planta baja.
La sala principal. La ventana corresponde a la más cercana a la puerta de la foto superior.
Una pequeña sala secundaria; al fondo se adivina la bodega y, encima de ella, un reservado. Esperad, que os lo enseño todo con más detalle:
El acceso al reservado es por unas escaleritas. Mezcla interesante de obras de arte.
La bodega está bastante bien surtida, algo que en Bebercio siempre agradecemos.
Para ir abriendo boca, un pequeño aperitivo de shitake y brotes de bambú.
De sobra conocéis mi debilidad por estos moluscos: aquí tenéis dos ostras Creuse con ligera parrilla acompañadas de centollo. Con suave aliño oriental. Prefiriéndolas siempre al natural, debo reconocer que estas no estaban nada mal, volvería a tomarlas.
Pese a lo exiguo del menú, a veces se arrancan con platos fuera de carta. Por ejemplo, estos langostinos con espárragos blancos de Malinas (bien conocemos la debilidad de los belgas por los espárragos, y está justificada, menudo producto tienen).
Si, como un servidor, no coméis carne, este será el único plato principal que podáis elegir: lubina al vapor con jengibre. Podéis ver, tanto en este plato como en el anterior, lo que os decía de dejar hablar a la materia prima.
Si coméis carne, seguramente os decantéis por el pato a la pekinesa, el plato estrella del local; sin embargo, si no os gusta el pato (como a mi padre) siempre podéis lanzaros a por esta pierna de cordero desmigada y salteada con salsa de Sichuan y acompañada de verduras hervidas.
Si os quedase hueco para el postre, podéis elegir entre un parfait de sésamo o una esfera de chocolate negro y naranja, cada uno a 12,50 €. Pero si estáis ya llenos porque coméis poquito, pasad, como nosotros, directamente al café, muy correcto y acompañado de galletitas y frutos secos recubiertos de cacao.
Bij Lam en Yin
Chef: Lam Yee Lap
Reyndersstraat 17, 2000, Amberes
+32 32 328 838
https://lam-en-yin.be/en
Precio medio: 70 €
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