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jueves, 8 de agosto de 2019

Taras Boulba

A ver, que la birra de hoy es un petardo pero la etiqueta no tiene desperdicio. Voy por partes.

Taras Bulba (en la versión francesa Boulba) es una epopeya decimonónica que escribió Gógol acerca de los cosacos de Dniéper, en Ucrania, de donde él era originario. Es muy breve e interesante, además de celebérrima, así que os recomiendo a todos que la leáis (o la releáis).

Los ucranianos han estado tradicionalmente sometidos por otros pueblos conquistadores, y siguen hoy con disputas similares. En la epopeya tenemos a uno de los hijos de Taras enamorándose de una polaca (Polonia es otra nación que ha estado sometidísima, pero en este caso eran los invasores) y, como nuestro héroe no puede consentir tal afrenta al amor patrio, decide que la solución ante tal romance es matar al hijo. Menudo.

Bien, vayamos ahora del nombre de la birra a la etiqueta, que es una viñeta deudora de la tradición belga del cómic, desde Tintin hasta Bob et Bobette, en la que se hace referencia a otro conflicto nacionalista con demasiadas décadas de duración: el de mi pobre Bélgica, entre los francoparlantes del sur valón y los neerlandófonos del norte flamenco.

¿Y la conexión entre la obra de Gógol y la etiqueta de la birra? Pues resulta que estamos viendo a un petimetre flamenco que ha decidido (nos dicen, porque esto no se ve a las claras) casarse con su enamorada, a la sazón valona. El padre, un nacionalista flamenco furioso, decide acabar con la vida de su propio vástago lanzándole un barril de cerveza a la cabeza, demostrando ser un auténtico exaltado patriotero y un pésimo progenitor. Y, de paso, le insulta gritándole "smeirlap!" que, nos informan, significa "¡imbécil!" en no sé qué dialecto local. No tiene desperdicio.

Bien, tras atesorar etiqueta y posavasos (el segundo aumenta parte de la citada viñeta), habrá que catar la birra, digo yo. Al turrón, pues:

Taras Boulba. Ale belga. 4,5%
Catada el 26 de julio de 2019.
  • De color pomelo blanco, turbia, con crema blanquecina poco abundante.
  • Intensidad aromática baja: limón, hierba... y una nota clara y distinta de, atención, culo. Sí, culo, culete, culito. No digo caca, cacota, cacafú, no; digo culo. Que es menos malo que caca, pero sigue siendo malo.
  • Muy seca en el ataque. Sosa, insulsa. Amargosilla, breve, bah. Mala, no quiero más.

Catada y fotografiada en Rubio's Beer Bar, cerca del madrileño barrio de Cuatro Caminos.
No obstante, aquí no se aprecia demasiado bien la etiqueta, así que...


 ...aquí tenéis posavasos y etiqueta bien dispuestos para ser observados.

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