Claro, como responde a un estilo, no hace falta que sea de Berlín (aunque para tener la IGP sí): en la lata que hoy catamos, que me regaló mi hermana (gracias desde aquí), especifican que es una "true authentic Berliner Weisse", así que va a ser la primera, pues. Aunque no me fío del todo, porque no veo el sello de la IGP por ningún lado. Investigaré.
El nombre es una mezcla de inglés y alemán: white geist, fantasma blanco. No es tan rara la mezcla, caramba: a fin de cuentas un iceberg es una mezcla del inglés ice y el alemán berg, una "montaña de hielo".
White Geist. Berliner Weisse berlinesa. 4,7%
Catada el 5 de enero de 2020.
- Amarillo limón, turbia, con irisaciones verdosas y prácticamente nada de crema (la que veis en la foto, nada más servir, desaparece rápidamente).
- Aromas de ciruela, cantalupo (el melón chiquito naranja), uvas, cítricos y ruibarbo. Oiga, que sí, que ruibarbo.
- Muy seca, acídica y refrescante, sin amargor alguno. Viva, ligeramente salina. Podría beberla a diario por litros.
Servida en flauta labrada ante la atenta mirada de Loxa.
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