En Estremoz, en el Alentejo (Portugal), hay un museo alucinante de azulejería (algo típicamente luso) que no podéis dejar de visitar si pasáis por allí: Museu Berardo Estremoz. Un par de botones de muestra:
La escalera principal de mármol local del palacio Tocha, en que se ubica el museo. Impresionante muestra de azulejos lisboetas del s. XVIII...
...y la parte posterior del palacio, vista desde el patio, con azulejos contemporáneos.
Bueno, resulta que, además, el museo es gratuito. Y, encima, ofrece degustaciones de vino también gratuitas. ¿Y eso?
Pues es que la colección es privada, y el museo es una iniciativa conjunta del ayuntamiento de Estremoz y de los dueños de los azulejos: Bacalhôa. ¿Y a qué se dedica Bacalhôa? Pues es una bodega, y los vinos que uno degusta en el museo son los suyos, donde acontece que también hay una tienda. Y raro será que no te lleves algo, ¿verdad? Todo encaja.
Curiosamente no me llevé el que hoy os traigo, porque ya lo había catado in situ y quería probar otras cosas en casa. Así pues, aquí os dejo la cata de este blanco alentejano, elaborado con las variedades roupeiro, antão vaz y arinto, y que sale por unos 10 lereles.
Quinta do Carmo branco 2019
Bacalhôa Vinhos de Portugal
VR Alentejano
13%
Catado el 26 de agosto de 2020.
- Amarillo muy pálido, limpio, con escasa lágrima.
- Intensidad aromática elevada: anón (una fruta tropical parecida a la chirimoya, a la que también recuerda este vino), limón.
- Ataque picantón. Graso y suave en el paso, con frescor medio. Final largo, nuevamente pungente, con baja tanicidad. No está mal, no.
Degustado dentro del propio museo, cuyas altas paredes, como podéis ver, están llenas de azulejos maravillosos, dignos de las cabriolas de Loxa.
Actualización a 7 de septiembre de 2020: Jo, yo que me creía que era gratis... Resulta que solo durante el mes de agosto, porque se inauguró a principios de mes. Vamos, que nos lo encontramos abierto por los pelos, y desde ya es de pago.
Muchas gracias por la información de un museo muy especial y que se sale de las rutas convencionales. Y la descripción de los aromas y sabores del vino me han hecho reflexionar y dar más importancia a cada sorbo de un vino blanco, que tsnto me gusta. Si me acerco por allí (tengo que ir a Mérida cuando pase un poco estos momentos) lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarGracias a ti: si finalmente pasas por allí, no dejes de contármelo. Y ya me dirás qué vino has probado...
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