Saludos a todos, amigos míos,
Vamos a dar un paseo por la soleada y maravillosa Sevilla, que siempre recomiendo visitar y volver a visitar; vamos caminando por la orilla del Guadalquivir y cruzamos el celebérrimo puente de Triana para llegar al barrio que le da nombre, uno de los barrios con mayor personalidad no ya de España, sino del mundo (se suele acusar a los sevillanos de exagerados, pero aquí hay que darles la razón).
Este es el puente visto desde el casco histórico: el otro lado es Triana. Fijaos en la torre de la izquierda, perteneciente a la capilla del Carmen...
...aquí tenéis la mencionada torrecita de nuevo: es el campanario de la capilla. Y, junto a ella, el acceso principal al mercado de Triana, que data de 1823 pero se reconstruyó tal como se ve en 2001.
Al entrar nos encontramos con un mercado tradicional, con sus puestos, sus techos altos, distintos pasillos... y también, hacia el fondo, numerosos bares donde tapear. En la foto tan solo se intuyen (podéis ampliar o pasar a la siguiente instantánea).
Uno de los citados puestos: Freidor de Triana. Es un puesto exactamente igual que los que despachan alimentos, pero habilitado para tomar algo al momento ya de pie, ya en taburete.
Personalmente soy un amante de los mercados tradicionales, y es raro el que no cuenta con un bar donde desayunar o parar a tomar un refrigerio.
De un tiempo a esta parte, debido a la proliferacion de supermercados e hipermercados y a la compra internetera, los mercados de siempre se han visto obligados a reinventarse o morir. Algunos se han vuelto lugares para gourmets y han perdido la esencia (y los precios) de toda la vida; otros han ido eliminando puestos poco a poco hasta desaparecer; otros más han sido reemplazados por un gimnasio o uno de los citados supermercados.
Una solución intermedia y, a juicio de un servidor, muy acertada es esta: el mercado sigue siendo tal, y los puestos que cierran se reinventan como bares o restaurantes en miniatura. Así, ya no se va al mercado solo a comprar, sino también a tomar algo y charlar con los amigos.
Pero volvamos al puesto de la foto anterior, abierto a finales de 2021 por la gente de
una taberna más tradicional en el mismo barrio de Triana. ¿Qué se puede comer aquí?
Pues platillos regionales fabulosos, en tapa o ración (y para llevar), como estos garbanzos con choco ("choco" es la forma andaluza de referirse a la sepia o jibia).
Papas aliñás: aunque se comen en toda Andalucía, son típicas de Cádiz. Patata cocida y aliñada con AOVE, vinagre de Jerez, perejil y cebolleta. Y decorada, en este caso, con un dadito de melva.
Y si os ha despertado la gusa el túnido, podéis seguir con estos pimientos asados con melva. Platos en los que se deja hablar al ingrediente, por lo que la calidad es obligada.
Y hablando de quedarse con ganas: si os gustó el choco, podéis seguir con este platillo caliente de albóndigas de choco y gambas. Buenísimas.
Estos son los platos que probé, pero hay más, empezando por las frituras (no olvidemos que se llama Freidor de Triana): pavías de bacalao, acedías, adobo, calamar, choco, boquerón, tortillitas de camarones... Hay también muchas croquetas diferentes, sobre todo si coméis carne (ya sabéis que yo no): de puchero, de pringá, de chistorra, de cola de toro (lo que en otras partes de la geografía ibérica se llama rabo de toro). Cocina regional en un entorno simpatiquísimo, y por precios harto asequibles.
Freidor de Triana
Jefe de cocina: Raúl Saavedra
Mercado de Triana, puesto 22 (plaza del Altozano s/n), 41010, Sevilla.
+34 954 331 526
https://mercadodetrianasevilla.com/comercio/la-croqueta-coqueta/
Precio medio: 10 €
No hay comentarios:
Publicar un comentario