Conforme avanza el cambio climático, las zonas vinícolas del mundo entero se van transformando también; y en un país relativamente pequeño pero con muchos contrastes geo-climáticos, como España, se nota especialmente.
Así, DOs del norte en las que antes el clima solo permitía elaborar blancos cuentan ya con multitud de tintos, y zonas del sur donde antes elaboraban multitud de vinos lo tienen cada vez más complicado conforme avanza la desertización. Este último caso es llamativo en el sudeste del país, y un buen ejemplo de ello es el vino que os traigo hoy.
La garnacha tintorera es una variedad de uva que presenta la peculiaridad de tener no solo los hollejos coloreados, sino también la pulpa. Además, resiste muy bien las altas temperaturas. Antaño se utilizaba únicamente para dar color a vinos demasiado claros, y nunca como monovarietal, porque los vinos resultaban demasiado agresivos y pesados.
No obstante, ante el aumento de las temperaturas por zonas de Murcia, Alicante o, en este caso, Albacete, se ha ido imponiendo la tintorera poco a poco. Afortunadamente, los procesos de elaboración de vino se han desarrollado muchísimo y la calidad ha subido: el problema principal es lidiar con la mala fama que arrastraba esta uva. A la fuerza ahorcan: mejor eso que perder cosechas enteras abrasadas por el sol.
Lógicamente, sigue habiendo zonas más protegidas en estas mismas DOs donde elaborar con las variedades de siempre, pero la tendencia se observa en todo el mundo: los límites que antes dictaba el frío se han ido alejando y cada vez se elabora más al norte (en Bélgica o Inglaterra, por ejemplo), pero los que dicta el calor cada vez se comen más regiones, que poco a poco tenderán a desaparecer o transformarse.
- Picota tan oscuro y cerrado que es negro, con irisaciones violáceas. Limpio, con lágrima abundante ligeramente pigmentada.
- Intensidad aromática media-alta: se notan los cuatro mesecitos de barrica, con notas de vainilla y ahumado en primer plano. También hay fruta negra madura y ligeros toques de hierro.
- Sabroso, con ataque ligeramente salino y paso muy vivo (menos mal, sin la acidez suficiente y tanto grado sería muy pesado, pero está muy bien equilibrado). Taninos potentes, aunque no llegan a ser agresivos. Final metálico de persistencia media. Bastante majo.
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