Muy al principio de la andadura de Bebercio se me pidió en un comentario que catase cervezas de marca blanca, algo que vengo haciendo desde entonces; y no solo con birra: también con vino. Como muestra, un botón.
El vino que hoy catamos lo encargó, si no estoy muy equivocado, el gigante Mercadona a la bodega Torre Oria, de Requena, hace un lustro. Parece que se elabora con tempranillo, syrah y bobal (en proporciones variables) sin crianza, y sale al mercado sin añada ni amparo de DO alguna.
Es un vino irrisoriamente barato (por debajo de dos euros) y que tiene una presentación magnífica. La etiqueta es para darle un premio, con ese nombre que nos retrotrae a cuentos infantiles pero jugando con el vino tinto/rojo, y con la contraetiqueta que nos lleva de la buena al malo del cuento sin avisar. Genial. Pero, ¿y el vino? ¿Es tan bueno como la etiqueta? Veamos:
- Cereza pálido, abierto y limpio, con ribete grisáceo. Casi como un rosado.
- En nariz, morapio, polvo y escobajo. Maaaaaaal. Por detrás también hay alguna nota de flores y frutas rojas, pero escondidas.
- Fresco, con paso ligero pero taninos agresivos en el final. Persistencia breve. Malo. Eso sí, cuesta poquísimo y se puede beber aunque sea malo. Juzgad vosotros si os compensa.
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