Ya sabéis que, de tanto en cuanto, catamos cervezas y vinos de marca blanca (esos barateros que están elaborados por un tercero para una gran superficie que es donde, y solo donde, se encuentran). Pues bien, hoy os traigo un vino blanco de marca blanca.
El nombre que leéis en el título de esta entrada no es el aparente en la etiqueta. Segun esta, deberíamos llamarlo "South Africa" y quedarnos tan panchos. Pero no: es que lo elabora un bodeguero sudafricano para la cadena alemana Aldi (que en realidad son dos; no sé si este vino lo tienen ambas, lo que es seguro es que lo tiene Aldi Nord), y quieren dejar bien claro para sus garrulos compradores (entre los que, obviamente, me incluyo) que el vino es sudafricano.
Lo elabora el muy alemán Andreas Oster en la denominación sudafricana Western Cape a partir de uva chenin blanc, sin envejecimiento que valga ni corcho que valga: una rosca y a correr. Me parece muy bien, que es un vino sin posibilidad de guarda y no estamos para malgastar corcho ni contaminar con siliconas.
Os voy a decir una cosa: lo han embotellado demasiado pronto. Avaricia. Y resulta que queda levadura viva, que al principio es un problema porque te da aromas a ella misma y burbujas. Y la gente lo flipa. Aunque... Mira tú por dónde, tras catarlo y dejarlo en la nevera, con su rosca, una semanita, resulta que fermenta azúcares residuales, asienta estilo, y... saca notas muy interesantes por vía nasal directa (a leer la cata, venga):
- Amarillo pálido, limpio, sin apenas lágrima.
- Intensidad aromática baja: hinojo, heno, limón seco, hierbas de tocador. Un punto calizo. Al cabo de unos días abierto, sigue muy vivo, ha ganado intensidad y añadido una nota interesantísima de chirimoya.
- Seco, cuerpo bajo, cierto carbónico remanente. Final de persistencia media con notas de níspero. No está mal, y es muy barato (y la partida que yo encontré mejora una vez abierta, pero esto es fiesta variable).
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