Muy buenos días a todos,
En la ciudad alemana de Colonia, a orillas del Rin, se encuentra el monumento más visitado de todo el país: la Alta Catedral de San Pedro, que tardó más de seis siglos en terminarse (mediados del s. XIII a finales del s. XIX) y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En su interior se encuentra el mayor relicario de occidente: el de los Reyes Magos, que se dice guarda los restos de Melchor, Gaspar y Baltasar.
La catedral es enorme y resulta casi imposible sacarla entera en una foto, pese a que la plaza que la rodea sea igualmente gigantesca.
El altar mayor. Detrás podéis ver el triple sarcófago de los Reyes Magos, protegido por una urna.
A dos pasos, en la misma plaza de la catedral, se encuentra el Excelsior Hotel Ernst, un hotel de lujo abierto en 1863, que aloja uno de los mejores restaurantes de la ciudad: Taku, galardonado con una estrella Michelin.
El Excelsior Hotel Ernst.
Si os fijáis bien, la puerta de la izquierda da acceso directo al restaurante.
Es un restaurante oriental, basado en las cocinas de China, Indonesia, Japón, Tailandia y Vietnam, con muy pocos toques occidentales. La decoración es muy moderna, con luces de baja intensidad y mesas muy separadas unas de otras, de modo que se está muy tranquilo y cómodo. El servicio, impecable.
Este es el alucinante vestíbulo del restaurante.
Mi padre y yo estuvimos visitando Renania el año pasado, viaje que os recomiendo encarecidamente, y quise invitarle a comer aquí. Veamos cuál fue nuestro menú:
Aperitivo de atún y soja: el primero de los aperitivos, para ir abriendo boca. Una empanadilla sin cerrar hecha al vapor.
Variaciones sobre el langostino: un aperitivo consistente en maki de langostino, langostino en gabardina y croqueta de langostino.
Pinchos de varias naciones: el
tercero de los aperitivos. Cada pincho evoca un país diferente, y aquí
sí aparece Alemania: el primer pincho es de salchicha bratwurst. El
segundo es una pequeña pieza de sushi (Japón), el tercero un trozo de
calamar (China) y el último un poco de pollo sateh (Indonesia).
Dim Sum - trufa - soja: esta nomenclatura, diciendo tres elementos separados por guiones, la usan en Taku en prácticamente
todos sus platos, como veréis. Buscan simplificar, igual que con la
decoración. Yo voy a respetarla, aunque luego os lo explique todo un
poco más.
En este caso se trata de un entremés a base de dim sum (empanadillas chinas) que llevaba, entre otros ingredientes, trufa negra laminada.
Sushi - ama ebi - queso crema- trucha alpina: un plato claramente japonés, pero con el guiño hacia la trucha alpina, un pescado típicamente europeo. Por cierto, ama ebi es el camarón boreal, Pandalus borealis.
Pollo y lima - ostra - setas - albahaca tailandesa: pese a que la foto no vale gran cosa, este plato, de inspiración tailandesa, es el que más nos gustó. Mi padre lo describió como el mejor consomé que había tomado nunca, a sus 65 años. Yo solo puedo darle la razón (y he probado el de Lhardy).
Cuando, al final del almuerzo, el chef salió a saludarnos, le felicitamos especialmente por este plato. Él nos confesó que era del que más orgulloso estaba.
Atún - salmón - wasabi - naranja: esta foto, en cambio, me ha quedado niquelada.
Plato a base de pescado y verduras, de inspiración japonesa.
Wagyu - teriyaki - shiitake: wagyu es una raza de ganado bovino procedente de Japón, que da una carne en la que la grasa se entrevera con el magro, igual que pasa en España con el jamón ibérico (en la foto se aprecia bien). Esto hace que la textura sea muy cremosa.
Terikyaki es un adobo dulzón procedente del mismo país. Por último, shiitake o shitake es el nombre nipón de la seta Lentinus edodes, muy popular en toda Asia oriental y que ya se encuentra en casi todo el mundo.
Si miráis bien, en la parte baja de la foto apreciaréis un pequeño gofre que acompañaba el plato. No era dulce, y se empapaba de todos los jugos y salsas. Muy rico.
Surtido de bombones: para terminar, un surtido de dulces artesanales impresionante. Había de una docena distinta de cosas, desde las más clásicas hasta las más peregrinas. Recuerdo especialmente un bombón de chocolate blanco con picadura de tabaco, sorprendente y muy rico (para que os hagáis una idea, a mí el chocolate me gusta bien negro y sin azúcar, y no fumo; cómo estaría de rico el bombón para que sea del que más me acuerdo).
Espero que hayáis disfrutado de este viaje gastronómico a Colonia. Sinceramente, la ciudad merece una visita, y el restaurante también. Gracias por vuestra atención. Abrazos y besos.
Taku
Jefe de cocina: Mirko Gaul
Trankgasse 1-5, 50667, Colonia
+49 221 270 3909
http://www.excelsiorhotelernst.com/en/culinary/taku.html
Business Lunch: 35 € (dos platos) / 47 € (cuatro platos)
Culinary Journey (solo cenas): 130 € (sin maridaje) / 190 € (con maridaje)
Me encantan este artículo tan gráfico. Vivo la ilusión de estar allí
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