Estamos en la Borgoña, en Francia, que es una zona de vinos celebérrima que va desde Auxerre hasta casi Lyon; pese a ser una AOC en sí misma (genérica, claro), está subdividida en más AOCs que ninguna otra en el país.
Si empezamos a subdividir, resulta que la zona más famosa (y que da vinos más caros) es Côte d'Or, al sur de Dijon; a su vez ella se divide en dos grandes zonas: Côte de Nuits al norte y Côte de Beaune al sur. Y, más o menos en el medio, el pueblo de Nuits-Saint-Georges, que técnicamente pertenece todavía a la subdenominación septentrional.
Nuits-Saint-Georges se dedica fundamentalmente al cultivo de la variedad pinot noir, como casi todo lo que se refiere a la Borgoña en cuanto a tintos (en blancos predomina la chardonnay). Dentro de Nuits-Saint-Georges hay unos terruños (llamados climats) que están especialmente bien considerados y tienen derecho a ser clasificados como Nuits-Saint-Georges 1er Cru; uno de ellos se llama "Aux Boudots" (hay otros 40, por si queréis saberlo).
Pues bien, "Aux Boudots" pertenece a Nuits-Saint-Georges, sí, pero está muy cerquita del pueblecito (y el viñedo) de Vosne-Romanée, que, cuando se trata de pinot noir de Borgoña, es el que parte el bacalao. Así pues, este terruño combina, en palabras de la propia bodega, "la suculencia de un Vosne-Romanée con la riqueza de un Nuits-Saint-Georges". Telita.
Domaine Jean Grivot, que es la bodega que elabora el vinazo que nos vamos a meter al coleto, nos aconseja darle diez años para desarrollar su pleno potencial. ¿Y que hemos hecho? Pues darle diez años. Una década: la que va desde su añada, 2008, hasta el presente (cuando esto se escribe) año de 2018, que es cuando lo catamos. A fieras no ganan demasiados a Bebercio, ¿verdad? Nosotros nos lo decimos todo.
Pues bien, tras esta (tremenda) lección de geografía (o parrafada al canto) vamos al turrón, esto es, a la cata:
Jean Grivot Nuits-Saint-Georges 1er Cru "Aux Boudots" 2008
Domaine Jean Grivot
AOC Nuits-Saint-Georges 1er Cru
13%
Catado el 29 de julio de 2018.
- Granate muy abierto, limpio, con ribete teja.
- Intensidad aromática media recién abierto; conforme se va aireando va subiendo a alta. Os aconsejo no decantar, porque la sutileza de la aireación merece ser observada. Eso sí, bebed despacio y dadle tiempo (como a todo buen borgoña, por otra parte). Muy variado y fragante: furta roja muy madura, monte bajo, mucho mineral (tinta china, crayón, arcilla), rosas frescas deliciosas, zumo de naranja, cuero nuevo... Una pasada en nariz.
- En boca es ligero y delicado, con gran frescor, buena salinidad y umami muy destacable. Los taninos están contenidos pero presentes. El vino regenera la mucosa epitelial al beber: tapiza la boca. Es genial.
Todavía se puede encontrar alguna botella por los Internetes, a precios
que oscilan entre los 80 y los 140 eurípides (nadie dijo que fuera
barato).
Lo tomamos mi tío y yo al descorche en Volvoreta, donde está tomada la foto, al igual que esta otra...
Tío, sobrino y vino frente a las increíbles vistas que ofrece sobre el norte de Madrid el restaurante.
Es verdad que le hemos estado dando caña a los tintos franceses, y que aquí seguimos (este no pertenece a la cata que hemos estado revisando esta última semana, se nota por el precio); pero no se me preocupen los amantes de la birra: no es solo que la cervezaca de ayer fuera estupendérrima: en apenas unos días mi señor padre y un servidor emprendemos nuestra peregrinación anual habitual a Bélgica y países aledaños, de donde vendremos cargados de nuevas catas cerevisiáfilas. Igual por eso le estamos dando un empujoncito a los vinos, para que no se queden luego atrás. Os ruego paciencia.
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