Empecemos el año 2020 (je je, veinte-veinte) por el principio: no solo por el día uno, que coincide con un miércoles y, por tanto, día de publicación de Bebercio, sino explicando el título de esta entrada.
Llevábamos algún tiempo sin publicar alguno de nuestros queridos templos del café (¡el último fue el canadiense Phil & Sebastian Stephen Ave., hace más de un año!). Qué mejor forma de empezar 2020 que con toda una institución, tanto en lo cafetero cuanto en lo lingüístico (pese a que tiene un nombre muy común): Café Central.
Hablamos del de la capital malagueña, claro, aunque hay muchos otros Cafés Centrales: en Madrid, sin ir más lejos, también todo un templo, solo que del jazz en vivo. Pero esto va de café, de la infusión, y en Málaga saben un poquito de esto.
La entrada principal, de noche, desde la plaza de la Constitución.
Y la fachada completa, de día, con su terraza.
Tras las vistas desde fuera, una del interior, con su larga barra. Fijaos bien en la pared del fondo...
Cuando uno va allí y se pide un café se da cuenta de dos cosas: que suele ser de gran calidad y que los locales utilizan una terminología un tanto peculiar. Y eso se debe a este café en el que hoy paramos, sito en la plaza de la Constitución, en pleno centro.
En la posguerra española el café era un bien escaso y de precio más alto que ahora. Así pues, no era plan de andar tirándolo. Por eso el dueño del Café Central, Pepe Prado (perdón, don José) decidió asegurarse de que no le devolvieran ninguno por causa de un error de comunicación, diseñando un sistema con nueve nombres diferentes para nueve medidas distintas.
Este azulejo, que da a la calle Santa María (el mismo que tienen en el interior, lo podíais ver en la foto previa), nos explica los nueve tipos de café (ojo, que parecen diez, ya veremos por qué). Expliquémoslos:
A ver, empezamos arriba a la izquierda y vamos en el sentido de lectura. Tenemos las siguientes medidas: solo, largo, semi-largo, solo corto, mitad, entre-corto, corto, sombra y nube. Finalmente, redondeando la decena, tenemos una guasa: tanto se reduce la cantidad de café que llegamos a cero, y lo llamamos "no me lo ponga".
Siguiente cuestión: pese a que en el azulejo solo aparecen vasos con café, la realidad es que la mayoría son cafés con leche. Sólo los solo (solo y solo corto) van, en principio, sin leche; los demás llevan la cantidad suficiente hasta llenar el vaso.
Así, los aficionados al cortado tienen dos medidas para elegir: largo y semi-largo; los amantes del corto de café tienen otras dos (entre-corto y corto), y los que opten por manchados otras dos: sombra y nube. El café con leche estándar es el mitad, y los solos tienen también dos medidas, correspondientes al solo normal (solo corto) o al doble (solo). ¿Ya os habéis perdido? Es cuestión de práctica.
Como buen cafetero, el chache se pide un solo.
El sobrecillo de azúcar, que está únicamente para la foto (el café no lo necesita) reproduce los 9+1 tipos de café que habéis visto en el azulejo.
¿Y de qué café hablamos? Siempre del mismo proveedor, Cafés Castel, una empresa local, y siempre tueste natural, claro que sí.
Pero supongamos que sois tan cafeteros, pero no tanto, y que queréis algo de leche, pero no de vaca... No problem: pedís un largo con leche de soja, como este que se pidió mi buena amiga Lola, vegana de pro, y tan panchos. También tienen de almendras, desnatada y sin lactosa. En Café Central han previsto las distintas opciones.
Y si queréis merendar algo típico, pues una torta loca, un dulce típico malagueño consistente en un bocadillito entre hojaldres de crema pastelera y con caramelizado de yema coronando la parte superior. Si estáis a dieta no lo pidáis, pero rico, lo que se dice rico, está. Si no os apetece esta tarta malagueña, tenéis otras seis donde elegir.
Café Central
Plaza de la Constitución 11, 29005, Málaga
+34 952 224 972
http://www.cafecentralmalaga.com/es/home/
Solo: 2 € / Flat White: 3,30€ / Café y tarta: 4,80€
Feliz año!
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