Llegan los 80 y con ellos la globalización: Heineken, a través de su filial Amstel, se queda con El Águila y le va cambiando el nombre: primero Águila Amstel, luego solo Amstel. También se quedó con Cruzcampo, aunque a esta, tan arraigada en Andalucía, no osó tocarle el nombre. Pero esa es otra historia.
Pero pasan los años y Amstel no termina de cuajar salvo como lata barata (y ni siquiera), incluso con intentos tan loables como la Amstel Oro. Haciendo de la necesidad virtud, Heineken España decide relanzar la marca Águila, confiando en que la gente todavía se acuerde de ella. Me temo que puede ser un poco tarde, pero eso lo dirá el tiempo.
Junto a una lager normal, sacan esta sin filtrar, en botellita cuca, y con la recomendación a los hosteleros de que la pongan unos segundos cabeza abajo antes de servirla: en teoría para que el sedimento se mezcle y se vuelva turbia, en la práctica para epatar al personal.
El Águila sin filtrar. Lager española. 5,5%
Catada el 25 de febrero de 2020.
- Dorado turbio con crema blanquecina, espesa pero poco duradera.
- La malta predomina en nariz: gachas, porridge, galleta.
- Densa y poco amargosa. Persistencia elevada. No está mal.
En Ruta 77, Madrid.
Me alegro de que hayas hecho esta cata. Es una cerveza que bebíamos mucho de caña antes del confinamiento, y que he comprado un par de veces desde que estamos en casa.
ResponderEliminarSupone algo distinto dentro de las cervezas industriales. Me gusta sobre todo por esa sensación "sabrosa" que deja en la boca. Una buena alternativa para esos días en los que va a haber más cantidad que calidad.
Un saludo,
Sergio.
Gracias, Sergio. Ánimo a todos con el confinamiento, a ver si pronto podemos volver a tomar cañas como está mandado.
EliminarMe la dieron a probar una vez en un hipermercado y me llevé un par de botellines por ver qué tal. La verdad es que me sorprendió gratamente. De vez en cuando me pillo alguna, aunque ya sabes que yo seguiré siendo "mahouista".
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente, José, porque la cerveza de cabecera no se cambia así como así. Pero variar de tanto en cuanto, como bien dices, es también agradable.
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