El río Ega nace en Álava, aunque muy pronto se adentra en Navarra, por donde discurre casi completamente hasta su desembocadura en el Ebro en San Adrián. Por el camino surca el pago Arínzano, que traza su andadura hasta el s. XI (se dice pronto) y que elabora varios vinos; los básicos se denominan "Hacienda de Arínzano" y, de momento, hay un tinto, un rosado y un blanco.
El blanco se llama así, "blanco", pero vuestro audaz sumiller de cabecera opta por denominarlo según la variedad de uva con la que se elabora (es monovarietal de chardonnay) por la sencilla razón de que, en breve, me da a mí, van a elaborar más de un blanco y los nombres van a cambiar.
Hacienda de Arínzano chardonnay 2018 magnum
Arínzano
Pago Arínzano
14%
Catado el 29 de febrero de 2020.
- Amarillo pálido y limpio, con ribete prácticamente inexistente.
- Intensidad aromática media, que se eleva notablemente conforme el vino gana temperatura (más de lo habitual, quiero decir): fruta mediterránea (manzana, pera, membrillo fresco), vainilla natural.
- Vivo, amplio, sin excesiva tanicidad. Persistencia media-alta.
Lo sirven por copas en el restaurante Álbora, en Madrid.
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