Todo suena genial y lo es, excepto una cosa: aquella birra era regulera y esta, directamente, mala. En fin, la ambientación y los recuerdos son geniales.
St Hubertus triple ambrée. Ale belga. 7,2%
Catada el 22 de julio de 2020.
- Ambarino oscuro, limpio, con crema marfil efímera.
- Intensidad aromática baja (y menos mal): culete (sí, sí, OGT, cerito, arse; no es la primera vez que nos encontramos este fallo, pero sí me gustaría que fuera la última). ¿Qué más nos encontramos, además del culito? Pues maravillas como sobaco (en el metro, cuando te toca al lado de un tipo que no conoce el jabón). Una joya, esta cerveza. Ah, sí, y también hay algo de fruta roja y natillas.
- Carbónico escaso, cuerpo medio. Escaso amargor, persistencia baja. Mala con avaricia.
Coincide hasta la mesa en que nos sentamos, solo que la vista de la calle es diametralmente opuesta. Y esta vez nos acompañaba Koch, con su nueva pata protésica.
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