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miércoles, 12 de enero de 2022

The Strawberry Killers' Evil Tiki Cult vs Byarlahotep the Almighty Dark God of Beer

Hace más de un lustro catamos otra colaboración entre Yria y Reptilian, también con nombre larguísimo y lleno de referencias pop. Aquella era la primera colaboración entre ambos, y el nombre era un homenaje a las películas kaiju y la lucha entre tremendos monstruos capaces de destruir ciudades enteras.

Tras aquella birra han vuelto a colaborar, y los nombres y etiquetas de dichas colaboraciones han seguido el patrón de aquella primera vez, por lo que volvemos a encontrar luchas entre personajes de lo más variopinto, como en este caso: por un lado una secta tiki que sacrifica fresas (ahora veremos por qué) cuyo sumo sacerdote recuerda a Odolwa. Por otro, una referencia clara a Lovecraft y una de sus creaciones más interesantes: Nyarlathotep, el caos reptante (lo de cambiar la inicial es para jugar con las homofonías y que nos recuerde a beer; lo de quitarle una T en el medio no sé a qué viene).

Así pues, esta colaboración, la menos alcohólica de las que han hecho hasta ahora ("solo" diez graditos), es una imperial stout envejecida en barrica de brandy y con adición de cacao y fresas (ahora estamos viendo por qué la secta sacrificaba fresas).

The Strawberry Killers' Evil Tiki Cult vs Byarlahotep the Almighty Dark God of Beer. Cerveza española de alta fermentación envejecida en barrica. 9,8%
Catada el 22 de agosto de 2020.
  • Marrón muy oscura, casi negra. Muy turbia. Abundantísima y persistente crema color café con leche.
  • Intensidad aromática muy alta: café, cacao, cuero, tabaco. Qué queréis que os diga, las fresas no las noté por ninguna parte (el cacao sí).
  • Seca, con densidad media y paso sorprendentemente fresco para tanto alcohol y tanto amargor (porque el final es amargosísimo, pero de una forma agradable y correspondiente al estilo). Por vía retronasal llegan notas de humo y espresso. Persistencia muy elevada. Francamente buena.

 En Chinaski Lavapiés, que nos gusta mucho. Para que apreciéis mejor la etiqueta, que no tiene desperdicio, os dejo esta instantánea de mi colección de labelofilia:


A la izquierda tenéis el sacerdote sacrificando pobrecitas fresas gigantes (que recuerdan corazones, al estilo del Temple of Doom, pero en un entorno maya y no polinésico ni indio (como debería ser ya en una secta tiki, si tal cosa existiese; ya en un templo maldito visitado por el Dr Jones, si tal cosa existiera). Enfrente vemos a Byarlahotep, que se parece más a Cthulhu, aunque el original es el dios de las mil formas y bien podemos asumir que la de la etiqueta es una de ellas. No me llaméis pejiguero: la etiqueta me encanta y la mezcla pop-sincrética funciona a las mil maravillas.

 

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