Hace más de un lustro catamos otra colaboración entre Yria y Reptilian, también con nombre larguísimo y lleno de referencias pop. Aquella era la primera colaboración entre ambos, y el nombre era un homenaje a las películas kaiju y la lucha entre tremendos monstruos capaces de destruir ciudades enteras.
Tras aquella birra han vuelto a colaborar, y los nombres y etiquetas de dichas colaboraciones han seguido el patrón de aquella primera vez, por lo que volvemos a encontrar luchas entre personajes de lo más variopinto, como en este caso: por un lado una secta tiki que sacrifica fresas (ahora veremos por qué) cuyo sumo sacerdote recuerda a Odolwa. Por otro, una referencia clara a Lovecraft y una de sus creaciones más interesantes: Nyarlathotep, el caos reptante (lo de cambiar la inicial es para jugar con las homofonías y que nos recuerde a beer; lo de quitarle una T en el medio no sé a qué viene).
Así pues, esta colaboración, la menos alcohólica de las que han hecho hasta ahora ("solo" diez graditos), es una imperial stout envejecida en barrica de brandy y con adición de cacao y fresas (ahora estamos viendo por qué la secta sacrificaba fresas).
- Marrón muy oscura, casi negra. Muy turbia. Abundantísima y persistente crema color café con leche.
- Intensidad aromática muy alta: café, cacao, cuero, tabaco. Qué queréis que os diga, las fresas no las noté por ninguna parte (el cacao sí).
- Seca, con densidad media y paso sorprendentemente fresco para tanto alcohol y tanto amargor (porque el final es amargosísimo, pero de una forma agradable y correspondiente al estilo). Por vía retronasal llegan notas de humo y espresso. Persistencia muy elevada. Francamente buena.
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