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domingo, 15 de noviembre de 2020

Cuvée de l'Ermitage (tras 12 años en cava)

De Grimbergen hemos catado un montón de birras (incluyendo una hace menos de un mes); con una notabilísima excepción que vamos a subsanar hoy: Cuvée de l'Ermitage.

Se trata de una cerveza rojiza, oscura, de alta fermentación, con potencial de guarda, que se elaboraba (porque ya no se elabora) siguiendo la norma de Grimbergen: bien en Alken-Maes (para Bélgica), bien en Kronembourg (para el resto de Europa). En este caso vamos a catar la versión belga, porque en Bélgica la catamos.

Al no haber ya producción, hay que buscarla en templos cerveceros, y sabéis que uno es devoto de Kulminator, en Amberes. Allí la pedí, y la pobre Leen tardó un rato primero en caer en la cuenta de la birra que le pedía (Grimbergen es muy comercial y la gente no la suele pedir en un sitio como Kulminator; además esta lleva años sin hacerse) y después en encontrar la que me trajo (porque en Kulminator siempre tienen lo que pides).

La birra que me trajeron no estaba fechada por Leen y Dirk, así que nos basamos en la fecha de consumo preferente, que era el primero de octubre de 2011. Esto nos llevó a colegir a Leen, Dirk, mi señor padre y vuestro servidor que, seguramente, fuera de 2008. Así pues, 12 añitos a sus espaldas.

Cuvée de l'Ermitage. Ale belga con doce años de envejecimiento. 7,5%
Catada el 23 de julio de 2020 en Kulminator.
  • Muy rojiza, con tonos pardos evidentes. Crema beige poco duradera, pero que deja un dedo de espuma para los restos.
  • Aunque hay notas de evolución, como crema solar, no son chungas, porque no enmascaran las agradables de vainilla, caramelo, panela o mazapán. Muy golosa.
  • Ataque dulzón, en consonancia con la fase olfativa. Paso medio, algo acídico. Final con ligerísimo amargor (tengo entendido que joven era bastante amarga para ser una ale belga). Persistencia elevada, con notas de pan y de mermelada de fresa. Aunque ha pasado su esplendor tiempo atrás, sigue siendo respetable.
 Que los años han pasado por ella es evidente. Y que Kulminator merece la visita, también. Id.

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