Buscar en Bebercio

Donar

domingo, 28 de febrero de 2021

Manualidades en los mundos del vino y la cerveza 5.1 (etiquetas)

Para este último día de febrero, algo especial: Senbazuru.

"¿Mande?" Escucho clamar a más de uno, y no sin razón. Me explico, que la cosa tiene miga.

En la entrada anterior, dedicada a la papiroflexia con etiquetas de litrona de Mahou clásica, hablamos de la grulla de origami u orizuru, el gran clásico de la papiroflexia nipona, y os dije que volveríamos a hablar de ella. Pues no os hago esperar: a ello vamos, y de lleno.

 
Todo empieza con una grulla.
 

Orizuru significa "grulla de papel"; senbazuru significa, a su vez, "mil grullas". Empezamos a hacernos una idea de por dónde van los tiros, ¿verdad?

La grulla de la foto anterior estaba muy solita, así que vamos a doblar unos congéneres para que la acompañen. Así, hasta llegar a mil:

 
Todas juntas y revueltas.
 

¿Y por qué llevar a cabo semejante labor? 

Todo parte de una tradición japonesa que augura buena suerte y la consecución de un deseo a quien doble mil grullas de origami.

Después está la historia de Sadako Sasaki, una niña que vivía en Hiroshima cuando el infame bombardeo nuclear. Tras el paso del Enola Gay Hiroshima quedó arrasada, y mucha gente que no había muerto en la explosión desarrolló tremendas enfermedades a causa de la radiación, entre ellos Sadako, que contrajo leucemia.

Con doce años, Sadako prácticamente vivía en el hospital, y allí empezó su senbazuru, con el objetivo de pedir el deseo, una vez dobladas las mil grullas, de quedar limpia de la enfermedad y sus secuelas. La historia no tiene final feliz: murió antes de doblarlas todas. Fueron sus compañeros de clase los que acabaron la labor por ella, y desde entonces es tradición ofrendar el senbazuru en el Memorial de la Paz de Hiroshima.

Doblar mil grullas lleva tiempo y requiere paciencia: conseguir las mil etiquetas de litrona exige también tiempo y paciencia, so pena de cirrosis. Es cierto que, como me dijo una vez Nogüeijosé (uno de los tres o cuatro seguidores de Bebercio), el que esto escribe deja pequeños incluso a los checos en lo que se refiere a consumo de birra por año; pero pese a ello hay que conocer los propios límites. Así pues, paciencia. Y agua caliente para quitar las mil etiquetas lo más enteritas que se pueda (salen muy bien).

Una vez tenemos las mil grullas, desordenadas ellas, conviene ordenarlas. La forma canónica es coserlas en ristras de 40 grullas: 


40 grullas ordenadas. Al tener unas blancas y otras coloreadas, opté por alternarlas desde el principio. Elegante.
 

De acuerdo, 40 por ristra, y tenemos mil grullas en total, así que necesitamos 25 cordeles, de entre uno y dos metros, y, una vez más, paciencia. Vamos cosiendo y, con tiempo, terminamos por tener todas. Se pueden colgar a modo de cortina o, como ha hecho un servidor, a modo de árbol:

 
Mil grullas. Una labor de muchos meses (no he llevado la cuenta estricta, pero sé que es más de un año).
 

Y para que no quepa duda, el autor firma con su presencia en esta foto su obra, y se la dedica a todos los lectores de Bebercio.

"¡Un momento!" os escucho clamar de nuevo. "¿No habías mencionado algo de un deseo a quien terminara el senbazuru? ¿Qué vas a pedir, oh sumiller papiroflecta?"

Pues tenéis razón, sí. Y mi deseo va a guardar relación con toda la información contenida en esta entrada: me gustaría ofrendar el senbazuru en el Memorial de la Paz de Hiroshima, y me gustaría que, ya que todas las etiquetas son de Mahou, fuera esta empresa cervecera la que se estirara y corriera con los gastos del viaje. A fin de cuentas, sería publicidad para ellos e, incluso, podría dar lugar a un anuncio o campaña que les generara beneficios.

¿Que decís, creéis que se cumplirá el deseo?


2 comentarios:

  1. Madre mía!!!, no me lo puedo creer. Entiendo que para jartarse con tanta birra se saca tiempo de cualquier sitio, pero, ¿lo de hacer árboles de grullas con etiquetas de Mahou? Qué va ser lo próximo? ¿Un Ferrari echo con chapas de litrona? La verdad es que te mereces que te paguen el viaje a Hiroshima.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojalá se cumpla el deseo, ojalá. La de entradas curiosas que iban a llegar a este blog. Un abrazo.

      Eliminar