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miércoles, 3 de agosto de 2022

912 al cuadrado 2018

Hola, queridos pequeñuelos,

Dejadme, de entrada, aclarar que Blogger, antaño Blogspot, que es donde se aloja este maravilloso blog, no me deja denominar, en el título de la entrada, al vino que hoy catamos como en realidad se llama:  9122. Así que por eso lo de decirlo tal cual.

Hace años catamos el crianza de la casa en su añada de 2007 (nada menos, ya ha llovido), y os conté que lo de 912 venía de la cota, en metros, a la que se encontraban los viñedos (supongo que sobre el nivel medio del mar en Alicante, claro). Que digo yo que la finca no será plana, así que harán referencia a la cota máxima, ¿no?

Bueno, el caso es que hoy nos vamos con su vino de prestigio, una edición limitada a 3000 botellas, a partir de vides con una edad media de 90 años (ellos dicen que pie franco, pero tengo mis dudas, porque no hay tanta vid prefiloxérica en España como para que todo aquel que lo dice sea veraz. A saber, igual en este caso es verdad y lo mío es un juicio temerario, mis disculpas en ese caso).

A ver, a qué iba yo... ah, sí: todo tempranillo de viñas viejas y criado durante 14 meses en barricas de 400 litros. Tanto etiqueta cuanto contraetiqueta son de terciopelillo (o ciertopelo, que dicen por ahí). Además, la botella, nigérrima, viene dentro de su cajita individual de madera. Cuidan la presentación.

9122 2018
Bodegas Veganzones
DO Ribera del Duero
15%
Catado el 7 de junio de 2021.
  • Picota muy cubierto con ribete violáceo. Muchísima extracción, una fase visual de las que le gustaría a Parker.
  • Intensidad aromática alta: arándanos, picotas, violetas. También carne roja (así que ahí tenéis un maridaje evidente los carnívoros).
  • Potente, seco, con paso lento, algo escaso de acidez (pero nada que sea imperdonable). El final, de persistencia media, resulta astringente; algo que se entiende si pensamos que, en realidad, estamos ante un vino de guarda: hay que comprar la botella, esconderla en la cava y olvidarse de ella durante algún que otro lustro.

¿Y cuál es la teoría detrás de un vino de guarda? Pues que no cuesta tanto como costaría si la bodega lo hubiera guardado el tiempo necesario antes de sacarlo al mercado. En este caso, pagamos unos 50 lereles y añadimos la paciencia que hemos de tener para que el tinto llegue a sus condiciones óptimas, que pueden ser bastantes años.

 

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