Perdido y Encontrado.
Parece que es la historia de un susto (primero) y un alivio (después), pero reparad en que el segundo calificativo también va con mayúscula: estamos hablando de nombres propios.
Encontrado era un oloroso de Sánchez Romate que apareció por estas páginas como bienvenida al año 2022: un generoso interesantísimo, muy limitado (tanto que no sé si sigue existiendo, al menos en su formato inicial de tan solo cinco botas encontradas en un rincón olvidado). Una joyita con muy buena presentación y mejor cata.
¿Y qué es Perdido? En teoría, una cosa parecida, solo que no hablamos de oloroso, sino de fino, y con ella cerramos el primer mes de 2024.
Crianza biológica y no oxidativa (aunque ya veremos). Aquí no son cinco botas, sino quince, las que han encontrado los de Romate en una solera olvidada en una bodega llamada Celestino. Un fino muy pasado, que se ha ido por encima de los ocho años, por lo que el velo de flor, como en las manzanillas pasadas, empieza a brillar por su ausencia (y entran notas oxidativas, por eso el "ya veremos" que os decía antes).
Mismo formato (3/8) y etiqueta también preciosa con ilustración antigua sacada de los archivos de la propia casa.
- Dorado intenso, con ligera turbidez.
- En nariz, de entrada, tenemos un tufo que recuerda a fregona vieja. Detrás hay notas agradables, como naranja y miel; pero también otras de oxidación y vejez tan claras como las pepitas de manzana.
- En boca se muestra seco, acuoso, escaso. Final agresivo y, encima, breve. Le falta sal y le sobra tanino. No me gusta.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué estaba tan rico Encontrado y no nos ha gustado nada Perdido?
Estamos ante un vino reductivo y no oxidativo (como sí era Encontrado), que lejos de agradecer el tiempo extra lo puede acusar negativamente, sobre todo al perder la protección que le confería el velo de flor ante los efectos del oxígeno. Cada estilo es diferente, y los finos son muy delicados y perecederos.
Además, y como pasaba con su hermano, Perdido empezó siendo una exclusiva de Romate para The Wine Society, aunque ahora se encuentre en más lugares. Quizás en su momento la solera estaba increíble (he leído varios artículos ajenos que dan fe de ello), pero ahora se haya echado a perder y estén embotellando más allá de lo debido.
O puede que esta botella que yo caté no estuviera en las mejores condiciones, que llevara mucho tiempo abierta, expuesta a la luz y el calor o vaya usted a saber qué. Pero la realidad es que a Bebercio le encantó Encontrado, y le ha decepcionado Perdido. Con la ilusión que le hacía, jolín.
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