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sábado, 30 de julio de 2016

Black Damnation V (Double Black)

La cerveza más extraña que he probado hasta la fecha. Y van unas cuantas.

Cuando este mayo pasado fuimos mi padre y yo a Oostvleteren probamos algunas birras en la cervecera De Struise ("El avestruz"), a cual más raruna, y esta es la que se lleva la palma. Qué tía.

La iglesia de Sint-Amatus de Oostvleteren, en pleno centro del pueblo (por quien recibe su nombre la cuádruple de De Struise). Buen día, buena luz, buena cerveza, buena gente...


A ver, os voy a contar su génesis: como buena perteneciente a la serie Black Damnation, toma como base la Black Albert, una imperial stout que los de Oostvleteren elaboraron en principio para el pub estadounidense Ebenezer, uno de los mejores del orbe.

¿Qué más? Pues que la serie Black Damnation lleva ya más de 20 ediciones, bastante (ya hemos probado por aquí la novena). En este caso particular toman como base inmediata Cuvée Delphine, que no pertenece directamente a la serie Black Damnation pero sí toma, a su vez, como base la Black Albert. ¿Os habéis perdido ya? No me extraña.

Cuvée Delphine se obtiene a partir de la cerveza Black Albert envejecida en barricas de roble que previamente han albergado bourbon Four Roses. Si luego a esta cerveza vas y le aplicas dos veces una congelación parcial (para retirar el agua congelada y así concentrar alcohol, azúcar y otros componentes) obtienes la birrota que hoy catamos. Fácil, ¿verdad? Muy sencillo.

Black Damnation V (Double Black). Eisbock doble flamenca a partir de imperial stout envejecida en barricas de roble que previamente han contenido bourbon Four Roses y olé. ¡¡26%!!
Catada el 7 de mayo de 2016 en Het Oude Schooltje.
  • Negro cerrado. Sin crema alguna ni carbónico visible. Lágrima espesa ambarina que mancha la copa. Os he dicho que era rara.
  • Intensidad aromática baja (os he dicho que era rara): frutas deshidratadas (higos, dátiles, arándanos, moras), melaza, picadura de tabaco.
  • Ataque muy picante (os he dicho que era rara). No digo pungente, digo picante. Pica, como el que toma Tabasco (vale, del verde, pero Tabasco a fin de cuentas). Deeeeeeeensa, muy grasa y oleosa, ligeramente dulzona. No tiene carbónico (¿os he dicho que era rara?) Potentísima, emborracha mogollón (ya puede, con 26 grados). Luego va y resulta más extraña porque es extraordinariamente breve (sí, os he dicho que era rara, y lo repito), aunque el final es amargo que te cagas (excuse my French); pero un amargor poco notorio, parece que no y luego va y es que sí. En una palabra: rara. Rica pero rara. Rara pero rica. Por favor, el que la pruebe que me deje un comentario con su percepción.
¡Aaah, qué caña de foto! En la propia cervecera De Struise, en Oostvleteren: bajo su estandarte, la cerveza servida de grifo en su propio catavinos (¿catabirras?), con la calavera, insignia de las Black Albert.
Ya sé que se ve poco la birra en sí, pero os podéis hacer una idea de lo nigérrima que es y de que no tiene crema. No, no. Nada. Ni un poquito. Nothing. Zero. Zilch.



2 comentarios:

  1. Pues habrá que probar esta rareza

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    Respuestas
    1. Pues para probarla hay que ir a Oostvleteren: me parece que esta es de las que ni embotellan ni comercializan más allá de sus puertas.

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