Gouden Carolus Cuvée van de Keizer whisky infused

Muy buenas a todo el mundo en este último día de mayo. A ver qué tal se da junio.

¿Os acordáis de la fabulosa cuádruple Cuvée van de Keizer azul? La probamos hace dos años y nos pareció una maravilla.

Pues bien, los de Het Anker, andando el tiempo, han lanzado también al mercado un single malt al que le tengo muchas ganas [y que habríamos de catar un poco después in situ], elaborado a partir del mash  de dicha cerveza (la mezcla de malta de cebada y agua caliente que es la primera fase en la elaboración de cerveza y también de whisky).

Resulta que, rizando el rizo, decidieron después infusionar esta misma quadrupel con el propio whisky, y el resultado lo vamos a catar hoy. Lo he probado dos veces: la primera, de grifo, en la fabulosa cervecería Kulminator de Amberes; la segunda, en botella de 75 cl tapada con corcho y morrión y con un año de guarda. Entre ambas catas, casi un año.

Esta cerveza daría lugar a la serie de ediciones limitadas que Het Anker lanza cada año bajo el sobrenombre de Indulgence; aunque esta ni es limitada ni lo lleva (el sobrenombre), se considera la primera de la serie.

Gouden Carolus Cuvée van de Keizer whisky infused (Gouden Carolus Indulgence 2015). Ale belga estilo quadrupel infusionada con whisky de pura malta. 11,7%

Catada el 27 de junio de 2019 en Kulminator (1ª cata):

• Parda, turbia, con irisaciones verdosas. Crema leonada, espesa pero no muy duradera.
• Intensidad aromática elevada. Mucho café, también chocolate. Además, tabaco y fruta negra.
• Suave y aparentemente ligera (aparentemente, ojo). El paso, no obstante, es fuerte y franco. Final larguísimo, con nuevas notas de tabaco de pipa, humo y cacao. Grande.

Catada el 5 de mayo de 2020 (2ª cata):

• Hígado cubierto, con irisaciones de rojizo profundo. Crema color hueso muy espesa, consistente y duradera. La fase visual es de 10.
• Intensidad aromática elevada: fruta negra y roja madura y fragante (ciruela, grosellas, arándano) y café exprés.
• Potente, dulzona, con paso lento y sedoso. Como corresponde al estilo, no hay amargor en el final, que es muy duradero. Riquísima.

Esta foto está tomada en Kulminator: es la versión de grifo; servida, por supuesto, en su copa.

Y esta es la botella de 75 cl, comprada en Bélgica asimismo y guardada un año antes de abrirla ante la atenta mirada de Birno.