Ya hemos visitado uno de los cafés con más fama y reputación de Portugal: el Majestic, en Oporto. Hoy vamos a por otro, si cabe, más famoso y reputado: el lisboeta A Brasileira, toda una institución (no solo en lo cafetero, sino en lo intelectual también).
Situado en el barrio de Chiado, tal vez el más conocido de los barrios de Lisboa para los foráneos, este café se inauguró hace más de un siglo, en 1905, en lo que antaño había sido una camisería. Todo surge gracias al señor Telles, que había emigrado a Brasil y se había casado con la hija de uno de los mayores productores de café de Minas Gerais ("la brasileña" que da nombre al local).
Dicho señor abrió en 1903 un café en Oporto, con el mismo nombre; dos años después, este de Lisboa que ha terminado siendo el más célebre; pasado otro bienio, le llegó el turno a Braga; y en 1928 a Coimbra. Es por eso que especifico "do Chiado": porque As Brasileiras hay varias.
El café, como infusión, no era muy conocido en aquella época en Portugal; y a la gente, cuenta la leyenda, le parecía demasiado amargo. Para darlo a conocer, el señor Telles regalaba tazas del mismo (el dinero lo hacía vendiendo otras cosas), servidas directamente del grifo de la máquina, llamado (el grifo) bica. De ahí viene la tradición lisboeta de llamar también "bica" al espresso, aunque ha querido la leyenda que venga del acrónimo "biba isto com açúcar" (para disimular el amargo). Sea como fuera, parece cierto que el término nació en este lugar.
Gracias a su ubicación céntrica, y a lo rico del café, y a su carácter aperturista, pronto el local se convirtió en punto de reunión de literatos, artistas y cineastas lisboetas: entre sus paredes nació la revista Orpheu; el gran Fernando Pessoa era tan asiduo que, desde los años 80 del s. XX, cuenta con una estatua sentado en la terraza (estatua con la que todo el mundo se fotografía, vuestro sumiller favorito incluido, claro).
La arquitectura y la decoración son también emblemáticos. La fachada está clasificada como de interés público, al café lo han galardonado como loja com história, en el interior hay un pequeño museíto y en 2021 editaron una mínima tirada (500 ejemplares) de la obra Mensagem, cumbre poética de Pessoa. En resumidas cuentas: un lugar muy interesante y recomendable, para saborear con calma. Dejad que os muestre. Empezamos con la fachada:
Fachada emblemática de estilo parisino, obra de Manuel Norte Jr.
En resumidas cuentas: uno se puede acercar por numerosos motivos: como hace la mayoría de turistas, porque es un lugar emblemático de Lisboa y sale en todas las guías (con razón, además); o porque le apetece un magnífico café en un país que ya, de por sí, sirve magníficos cafés; o por hacerse la foto con la estatua de Pessoa, o para merendar, o para desayunar, o para comer, o para tomarse unas ostras con una copa de champán. Y queda en pleno centro de la ciudad, sin necesidad de tener que desviarse de la ruta que uno ya llevara si turista fuese.
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