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miércoles, 5 de enero de 2022

Oerbier

Hemos catado ya la Oerbier special reserva, una maravilla, y hoy vamos a continuar con la básica, que no es moco de pavo: pequeñas partidas, seis maltas diferentes, lúpulo local de la afamada región de Poperinge, en el occidente de Bélgica...

Campos de lúpulo en Poperinge, con tremendas espalderas para que la planta, que es una enredadera, trepe. Foto propia, he tenido la suerte de estar allí.


Esta cerveza es elaborada por De Dolle en Diksmuide, que también he tenido la suerte de visitar. En la etiqueta, junto al hombrecito de Oerbier, encontramos la frase Nat & Straf, que se traduce del neerlandés como "húmeda y fuerte". Lo de fuerte por sus 9 grados, que deben ser tenidos en cuenta, y lo de húmeda... supongo que porque es cerveza y moja. Una obviedad, como si hubieran dicho "líquida" o algo así.

El ayuntamiento de Diksmuide con una congregación de coches antiquísimos que, casualmente, se celebraba esos días. Un servidor tuvo la suerte de poderse subir nada menos que...
 

...a este Ford modelo T de 1915, el coche del siglo (que funcionaba perfectamente: el señor de la gorra tras el vehículo era el dueño y me explicó que había venido conduciendo desde Inglaterra).


En fin, a lo que vamos, que este es un blog de bebercios varios más que de automoviles de época:

Oerbier. Cerveza belga de alta fermentación refermentada en botella. 9%
Catada el 12 de septiembre de 2020.
  • Rubí con tonos pardos. Crema beige.
  • Intensidad aromática media: notas vinosas, vainilla, chocolate con leche, fruta roja... Todas notas que se magnificaban en la reserva especial que hemos mencionado al principio. No obstante, en esta hay una nota de sacarina, esto es, de edulcorante artificial que no me termina de convencer. Afortunadamente, en aquella no aparecía.
  • Seca, amplia y densa, con persistencia media.
De mi colección de labelofilia.
 
 
Tras haber leído la nota de cata, puede pareceros que no es gran cosa. Sin embargo, esconde un as en la manga, que un servidor solo descubriría casi un año después de esta cata: es una cerveza de guarda, que se beneficia, y mucho, con los años en cava. Con cada lustro mejora y, además, aguanta muchísimo. Os animo a leer esta cata de la misma cerveza con nada menos que... ¡34 años de guarda! Veréis qué sorpresa tan agradable.


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