Hemos catado hasta ocho referencias de las bodegas Marqués de Riscal hasta ahora, pero ¡todas de vino blanco!
No deja de ser curioso, pero pese a que esta casa se asocie, y mucho, al tinto que hoy vamos a probar, no es tan raro que hayamos dedicado atención a sus ruedas (no las del coche, sino sus vinos de Rueda): al fin y a la postre Riscal popularizó la verdejo hasta convertirla en la base de los blancos españoles más extendidos en cartas y menús; y también introdujo en la DO la sauvignon blanc. Pero hoy vamos con un tinto.
Estamos ante un rioja clásico desde la misma presentación: dorados, sellos, litografías, y hasta redecilla. No es el primer vino con malla metálica que traemos, no. Y los demás también eran riojas clásicos: Viña Tondonia o Faustino I, nada menos.
Por cierto, a día de hoy la malla no sirve para nada y es incómoda al abrir la botella, pero ha quedado como identificador de un estilo y ¡pobre de la bodega riojana clásica que un día decida prescindir de ella! Es como si en un restaurante de rancio abolengo el sumiller prescindiera del tastevin (que tampoco sirve para nada, pero da empaque).
Elaborado con tempranillo (y un 4% de graciano), tiene dos años de crianza en roble americano y otro en botellero.
Marqués de Riscal reserva 2016
Bodegas de los Herederos del Marqués de Riscal SL
DOC Rioja
14,3%
Catado el 16 de abril de 2022.
- Granate limpio, ribete cardenalicio. Color clásico donde los haya, aunque el ribete denota que todavía tiene potencial de guarda.
- Intensidad aromática media: fruta roja (cereza, endrina) y algo de fruta negra (arándano).
- Seco, algo falto de acidez (cuidado con la temperatura de servicio). Buenos taninos, persistencia media-alta.
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