Abadía Retuerta PV 2015

Buenos días en domingo,

De Abadía Retuerta, bodega que, estando en la Milla de Oro de la DO Ribera del Duero no pertenece a la misma porque está en Sardón de Duero y la denominación termina justo en el pueblo anterior (Quintanilla de Onésimo, de donde Pingus); de Abadía Retuerta, digo, creo que hemos catado casi todos sus vinos. A ver, dejad que haga recuento...

Tenemos el Selección especial (que es su tinto básico, pese al nombre), tenemos su blanco Le Domaine; por ahí veo sus magníficos pagos: Negralada (de tempranillo), Garduña (de syrah) y Valdebellón (de cabernet sauvignon)... vaya, nos falta El Campanario (de momento) y, ahora que lo pienso, la estrella de la casa. Pero no, no nos falta la estrella, porque la vamos a catar ahora mismito.

Se trata de su monovarietal de petit verdot, uva escasa en la Península Ibérica, que cultivan en un pago aislado (como los pagos anteriormente citados) y al que le dan 17 meses de barrica en roble francés nuevo.

El resultado es carísimo (hablamos de 125 lerelitos la botella de 3/4, un disparate en España) pero, para qué negarlo, magnífico. Tuve ocasión de catarlo (catarlo y punto) en el Salón Gourmets de este año, y eso porque uno es un figura de este mundillo y le invitan. Pero no seré tan figura cuando no me regalan una botellita para catar con calma, los muy petardos. En fin.

Abadía Retuerta PV 2015
Abadía Retuerta SA
VT Castilla y León
14,5%
Catado el 9 de abril de 2019

• Picota cubierto con ribete violáceo. Turbio, con lágrima media.
• Intensidad aromática muy elevada: de entrada, notas ahumadas requeteevidentes (chuleta de Sajonia, bacon) y también mucha fruta negra. Detrás hay notas de flores azules, tales como violeta o glicinia.
• Delicado, fresco, con muy buena salinidad. Paso ligero por boca, pese a lo cual despliega un gran tanino, bien pulido, en el final (de persistencia alta, pero no altísima). Por vía retronasal aparecen cuero, humo, tabaco y flores no ya azules, sino negras. Muy, muy rico.

No se estiraron con la cantidad, no.

La botella de la foto es una sin abrir, porque de la que me sirvieron tenía lamparones.