¡Nochebuena!
En 2021 catamos la cerveza con mayor guarda de Bebercio: 34 añazos durmiendo el sueño de los justos). Se trataba de la muy insigne Oerbier, que de joven es una birra normal y corriente, pero que alcanza unas alturas estratosféricas cuando se la deja envejecer.
La casa elaboradora, De Dolle, lo sabe y elabora una reserva especial de la misma cerveza, otra delicia. Pero no solo eso: también saca por navidades una cerveza estacional llamada Stille Nacht, como el celebérrimo villancico declarado Patrimonio intangible de la Humanidad por la UNESCO. ¡Nochebuena!
De Dolle elabora solo una vez al año esta joya, antes de las fiestas, y lo hace con cuidado: es una cerveza con una densidad muy elevada, que hierve durante cinco horas y a la que se añade azúcar candi. En la casa son conscientes del potencial de envejecimiento que la birra tiene, por lo que dejan un recuadro en blanco en la etiqueta (abajo a la derecha) para que uno escriba cuándo la compró y pueda esperar pacientemente. Ellos atesoran ejemplares desde la primera edición, y atestiguan que con cada año solo mejora.
¿Dónde vamos a catarla, con sus doce añazos? La respuesta, a los seguidores del blog, les resultará obvia: en ese templo de la cerveza llamado Kulminator, en Amberes, al que peregrinamos tanto cuanto podemos y menos de lo que quisiéramos, y que son famosos en el mundo entero por su cava de envejecimiento y su extensísima carta de cerveza de guarda.
- Parda rojiza, turbia, con crema leonada efímera.
- Intensidad aromática media-alta: mucha miel para empezar. También panela, grosella roja, dulce de fresa, tabaco de pipa.
- Dulzona, potente, todavía alcohólica tras todos estos años (tened en cuenta que el etanol es muy volátil). Carbónico contenido, pero aún presente (ídem del etanol). Fresca, pero no viva; final de duración elevada y amargor muy adecuado. Por vía retronasal, notas de chocolate con leche, fresa y tabaco. Es genial.
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