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miércoles, 17 de abril de 2024

U Fleků

Vámonos a Praga, capital centroeuropea Patrimonio de la Humanidad que siempre merece una visita.

Vaya fotos hago. Esto es el casco histórico de Praga desde la Torre de Petřín (menudo cielo, btw). Bajo la sombra de una nube, un meandro del río Moldova (Vltava, el más largo del país); a la izquierda, en pleno castillo, la catedral de San Vito. Id a Praga asap.
 

Bueno, pues vamos caminandito por la ciudad nueva, bajando la muy larga Žitná, y giramos en Odború para encaminarnos hacia Křemencova. Vaya chapa de nombres raros os he dado, pero si llegáis a ir y buscáis el lugar igual lo agradecéis, porque no es tan fácil de encontrar.

Si uno mira hacia el cielo en Odború verá esta maravillosa escultura: Slight Uncertainty, de Michal Trpák. La calle que se abre al fondo en el centro es donde se ubica nuestro destino.

Os voy a hablar de la cervecera más antigua de Praga de cuantas en activo siguen: U Fleků, inaugurada oficialmente en 1499. En más de medio milenio, obviamente, ha pasado sus vicisitudes; pero ahí sigue, sirviendo birra: solo dos, ambas de baja fermentación, elaboradas en el local y que no se pueden conseguir en ningún otro lugar. Una cerveza oscura (la que lo peta más y la que la gente bebe menos) y otra rubia.

La fachada del (inmenso) local. Atención al tremendo reloj.

El local ocupa casi toda la manzana, lo que le permite tener ocho salas grandotas, pero el centro de todas las miradas es el biergarten en el patio central, con varias mesas para 50 comensales (o más, el garito presume de poder alojar 1300 de una sentada, se dice pronto).

El mencionado patio central, las mencionadas mesas para 50 o más comensales, algunas de las mencionadas birras (en la foto, todas negras: igual estoy equivocado respecto a lo que se pide). Vaya día bueno hacía, caramba.

Bien, pues vamos a catar en el mismo orden que lo hice yo, es decir, empezando por la negra, una tmavý o lager checa oscura:
 
U Fleků Flekovský Tmavý Ležák 13°. Lager negra checa (tmavý). 4,6%
Catada el 6 de abril de 2024 en U Fleků, Praga.
  • Marrón oscura, casi negra, con capa muy brillante. Escasa crema leonada.
  • Intensidad aromática media-alta: café del bueno, regaliz, hierbas amargas (diente de léon, rúcula).
  • Seca, con cuerpo medio y buen equilibrio entre la acidez y el amargor. Persistencia media-alta. Francamente rica.

Sigamos con la rubia, que probé después y de la que me pude beber dos o más litros sin apenas darme cuenta:

U Fleků Svatováclavský Ležák 13º. Pilsner checa. 5%
Catada en la misma fecha y en el mismo lugar que la anterior.
  • Dorada pálida, ligeramente turbia, con crema espumosa, blanquecina y no muy espesa.
  • Intensidad aromática media-baja. El lúpulo saaz predomina (algo harto habitual en Chequia): césped, tierra seca, papel.
  • Seca, viva, tirando a acuosa, aunque es, afortunadamente, equilibrada entre amargor, acidez y cuerpo. Final de persistencia media y amargor también medio. Prefiero la negra.

¿Y las fotos de las birras? Pues las tengo, pero me vais a perdonar la ida de olla porque estaba con amigos y no me centré como debía. Baja resolución, aquí van (jarras de 40 cl, no de 50):


 
Conclusión: si estáis por Praga y os apetece probar birra única en un sitio histórico, y no os importa para ello acudir al garito más guiri de la ciudad (acordeones tocando, borrachos cantando subidos a las mesas, camareros que pasan de ti y del resto pero que están al quite, carta ultra-previsible y poco amistosa con vegetarianos, chupitos por doquier), dejaos caer por aquí. Mejor con amigos que solipandi.

Por cierto, habréis notado que esta entrada rinde homenaje a dos previas, ambas de la abadía trapense Achel: una de hace casi una década y otra de finales de 2017.

lunes, 15 de abril de 2024

Bebercio cumple diez años

Una década de Bebercio, tremendo aniversario.

Cuando este vuestro blog cumplió 9 añazos, hace ahora uno exacto, los números no solo iban parejos entre cerveza y vino, cual es nuestra costumbre, sino que eran perfectamente redondos: mil de cada. En estos 366 días (porque estamos en año bisiesto y ha habido 29 de febrero, que hemos celebrado convenientemente, cual es, también, nuestra costumbre) los números han seguido perfectamente parejos, y llegamos así a 1045 entradas dedicadas a la birra y otras tantas al morapio. En diez años y pese a los cambios de periodicidad (de una entrada diaria a dos semanales) la media es de más de cien al año. Os recuerdo que esta es la parte mollar del blog.

¿Y respecto a las partes accesorias? Hace un año lamentábamos haber incluido solamente un nuevo restaurante en nuestro haber, así que este hemos compensado con creces: nada menos que seis restaurantes han llegado a estas entradas, elevando el total a 96 (confiemos en llegar pronto a la centena y hacer una entrada especial comentándolos todos). Los seis de este año son todos españoles, aunque distribuidos: madrileños, complutenses, toledanos y valencianos. Y aunque ciértamente los hay de alta gama, también los hay más sencillos e, incluso, un par de tascas.

Compensando la excesiva homogeneidad nacional de los restaurantes, tenemos los dos cafés en que hemos recalado durante este año: uno galés y otro maltés; el primero más moderno y el segundo más clásico, ambos de gran calidad. Llegamos así a los 26 cafés visitados, muy alejados de los números de los restaurantes.

En cuanto a güisquis, hemos catado un par, ambos de ellos bourbons de Kentucky, el primero sin centeno alguno en su composición y el segundo, paradójicamente, con ese cereal como el mayoritario. Y sí, señores, recuerden que el bourbon también es whisky. Y el champán vino.

Más cosas: tres AOVEs, un solo vermú, y dos hidromieles (la pasada temporada no trajimos hidromiel). Y ni un solo cóctel, lo que deja la cuenta, de momento, en diez clavados: un cóctel al año. Quizá debiera hacer una entradita mencionando los diez elegidos y glosándolos.

Muchas gracias por vuestra atención durante este año y los nueve anteriores. Vamos a por la siguiente década, ¿nos acompañáis?


domingo, 14 de abril de 2024

Príncipe de Barbadillo

Hola, resalaos,

Las sanluqueñas bodegas Barbadillo son unas viejas conocidas de Bebercio. Imaginemos que empezamos con las sacas estacionales de manzanilla en rama (como esta) y, pasados ocho o nueve años (hablamos de manzanilla pasada, claro), en vez de embotellarla como tal, continuamos la crianza, pero oxidativamente, sin velo de flor, hasta los doce (o incluso quince) añitos. ¿Qué tendríamos? Lo que hoy os traigo.

Un amontillado, ciertamente (vinos que empiezan su crianza bajo velo, pero con los años lo van perdiendo y terminan expuestos a la oxidación); pero de Sanlúcar de Barrameda, por lo que no empieza como fino, sino como manzanilla; y no como manzanilla normal, sino pasada. Telita, en una palabra.

Tenemos dos catas separadas, así podemos comparar.

Príncipe
Bodegas Barbadillo
DO Jerez-Xérès-Sherry
19,5%
 
Catado el 27 de abril de 2022 (1ªcata):
  • Topacio limpio con irisaciones ambarinas. Abundante lágrima.
  • Intensidad aromática elevada: estero, avellana, pan tostado; una nota empireumática.
  • Seco, más bien fino (se notan los largos años criándose como manzanilla). Paso con muy buena sal. Potente, pungente, con taninos bien marcados, pero no agresivos. Final persistente, con notas de frutos secos y pan tostado. Además de rico, se deja beber muy bien: me podría tomar tres seguidos sin problema alguno.
En el puesto propio de Barbadillo dentro del 35º Salón Gourmets.

 
 Catado el 22 de mayo de 2023 (2ª cata):
  • Topacio cobrizo, limpio, con ribete grisáceo y abundante lágrima.
  • Intensidad aromática elevada: Instant Balloon, hierba, hierro, mojama.
  • Muy seco, potente y amplio en boca. Final duradero, pungente, con notas de maderas exóticas.
En el salón de Verema 2023, en el madrileño hotel Palace.

 
Comparando ambas catas tenemos un vino de color topacio, con mucha lágrima, de intensidad aromática alta y notas empireumáticas y ahumadas; que en boca se muestra picatón, amplio, muy seco y muy largo. Una maravilla.

Por cierto: estad atentos, que mañana hay entrada extra. ¿Por qué? Porque cumplimos nuestra primera década, nada menos que diez añazos de Bebercio dando caña. Conste que el adelanto de hoy no ha sido mala celebración en absoluto; así pues, brindo de nuevo con todos vosotros, resalaos.

    miércoles, 10 de abril de 2024

    Full Equipe

    De la mano de la cervecera segoviana SanFrutos (así lo escriben ellos) llega a las nuestras esta IPA doble elaborada con dry hopping de lúpulos Citra y Ekuanot.

    El nombre y el dibujito de la etiqueta evocan un coche de rally totalmete equipado, llamas incluidas.

    Full Equipe. DIPA española. 8,1%
    Catada el 4 de agosto de 2022.
    • De color miel, muy turbia, con abundante y espesa crema blanquecina.
    • Intensidad aromática elevada: coníferas a punta pala (pino, cedro, resina), dank, césped recién cortado, hoja de tabaco...
    • Seca, viva, con cuerpo medio. Final muy duradero y amargoso, con renovadas notas de porro (lo que antes he llamado dank).
    En la terraza de La Abadía, Madrid.
     
     

    domingo, 7 de abril de 2024

    La Pilareta

    Llevábamos algún tiempo sin acercarnos a un restaurante de la capital valenciana, con lo que nos gusta la Ciudad del Turia por Bebercio.

    Llevamos ya seis restaurantes valencianos en total, así que este será el séptimo y, aunque suman cinco estrellas entre ellos, hoy nos vamos a acercar a una tasca sencilla, tradicional, con más de un siglo a las espaldas.

    Tasca que está en pleno... ¿barrio del Carmen? Bueno, eso es lo que ellos dicen, y es verdad que se suele pensar que El Carmen empieza de espaldas a la Lonja de la Seda, pero técnicamente es el barrio que queda entre Caballeros al sur y el cauce del Turia al norte, así que la tasca formidable que hoy nos ocupa, llamada La Pilareta, oficialmente parece quedar en el barrio del Mercat, llamado así por el formidable Mercat Central, visita siempre recomendable.


    La maravilla modernista que supone el Mercat Central.

    Pero divago. La Pilareta es un bar-restaurante inaugurado en 1917 y regentado antaño por quien le dio nombre, doña Pilar Contell, desde la fundación hasta 1983. Siguió en manos familiares hasta el año 2000 y, en 2010, cambió su nombre de forma oficial a La Pilareta, que es como todo quisqui lo llamaba.

     

    La entrada, que da a la plaza del Tossal, con su terracita (unas cuatro mesas, aunque seguramente puedan sacar más cuando haga caloret faller).
     
     
    Cuando entramos, esta maravilla nos recibe. Mesas y sillas de madera, azulejería genial en las paredes, esa colección de botellas viejísimas sobre la barra, que es a su vez formidable... Me gusta el reloj, asumo el extintor (seguridad sobre belleza). Inciso: no os hacéis una idea de lo que servidor saliva frente a estas botellas viejísimas de vino, mistela, brandy... y lo imposible que es convencer a los dueños de que abramos y catemos alguna de ellas. Jarl.
     
     
    Si os fijáis en la foto anterior, hay un momento en que los azulejos aparecen por las techumbres y la barra se acaba pero sigue habiendo establecimiento. Pues bien, ahí, a la derecha, está la cocina, chiquita, con peroles de toda la vida y un techo en el que cualquiera se abriría la cabeza. Hela aquí, y descubrome ante quienes cocinan tamaños manjares.


    La Pilareta es conocida como "la casa de las clóchinas". ¿Y qué son las clóchinas? Pues os voy a contestar a la vez que me genero animadversión en 3, 2, 1... son mejillones. Hale, ya lo he dicho.

    "¡Nooooo!" escucho clamar a los apasionados de la clóchina. "Los mejillones son grandes y atlánticos, las clóchinas chiquitas y mediterráneas", oigo afirmar a voz en cuello a los defensores de lo local. "Los mejillones pertenecen a la especie Mytilus edulis, las clóchinas a la especie M. galloprovincialis" entiendo sentenciar a los más redichos.

    Y sí, en principio tienen razón apasionados, defensores y redichos. En principio.

    Sabéis que en Bebercio vamos a menudo a Bélgica y los Países Bajos, donde el mejillón es una institución, con veda y cuidado. Y son chiquitos, pero también atlánticos. Además, sabemos que M. edulis sufrió una epidemia que se llevó por delante a la mayoría de los ejemplares, y que hoy lo que viene de Galicia es, en realidad, M. galloprovincialis. Y también sabemos que podemos encontrar clóchina (incluso en La Pilareta) fuera de los meses sin R, que era la idea de partida respecto a la veda.
     
    Conclusión: Mytilus galloprovincialis es, en Europa y a día de hoy, lo que se esconde tanto detrás del palabro mejillón cuanto del palabro clóchina (clótxina), al margen de tamaños, mares o meses del año. ¿Ya me he ganado la animadversión de todo lector habido y por haber? Bien, entonces continúo.

    En un tiempo en que sí había diferencia entre mejillón y clóchina, La Pilareta se hizo célebre por servir unas clóchinas prietas, sabrosas, solo en temporada, muy bien cocinadas. ¿Cómo? Sobre la plancha, en peroles, dejamos que se cuezan vivas (animalitos) y, sobre el líquido que ellas mismas rezuman, añadimos pimentón, pimienta, aceite y un minúsculuo chorrito de limón. Finis.


    Bien limpias, magistrales, deliciosas: clóchinas al vapor. Si todavía coméis animales, probadlas. No solo está la opción de tomarlas tales cuales, también podemos elaborarlas como...


    ...croquetas de clóchina. Magistrales, entre las mejores croquetas que he probado, y soy un apasionado (pese a que cada vez puedo comer menos rellenos, pero seguimos al pie del cañón).


    Habas negras granaínas: ellas solitas, cremosas, con una nota clara de hierbabuena en su cocción. Me podría pasar horas zampándolas (como me pasa con el edamame), con el consiguiente peligro para cualquiera que estuviera en la misma habitación que el chache. Y esto me pasa a mí, te pasa a ti y le pasa al perro que nos ladre.


    La Pilareta
    Encargado: Juan Carlos Santos
    Moro Zeit 13, 46001, Valencia
    +34 963 910 497
    http://www.barlapilareta.es/
    precio medio: 25 €

    miércoles, 3 de abril de 2024

    Oro Bailén picual

    Muy buenos días,

    Para esta primera entrada de abril, un AOVE (ya llevábamos algún tiempo sin catar aceite, iba tocando).

    En Villanueva de la Reina, a las faldas de la Sierra Morena jienense, se cultiva la oliva picual que le da origen.

    Oro Bailén picual
    100% picual AOVE
    Aceites Oro Bailén Galgón 99 SLU
    Catado el 7 de agosto de 2021.
    • Frutado muy alto: tomate verde, pera también verde, césped.
    • Amargo bajo. Untuosidad muy elevada.
    • Picante muy alto. Persistencia, sin embargo, solo media.
    La botella de medio litro sale por seis lereles.
    Interesantes óleos originales en el fondo, obra de Pedro del Pozo.
     


    domingo, 31 de marzo de 2024

    Viña Ardanza 2004 (con casi dos décadas de guarda)

    Ya hemos catado la añada de 2007 de este mismo tinto, solo que aquella añada no fue calificada de excelente (y 2004 sí) y aquella botella solo tenía una década de guarda (y esta dos). Veamos, pues, qué tenemos entre manos con este clásico rioja.

    De entrada os diré que hubo que filtrar y decantar porque, pese a la buena guarda, el corcho se secó y pegó a las paredes, y al tratar de sacarlo se desmenuzó. Quién iba a imaginar que con solo 20 añitos había que optar por tenazas de oporto, pero así era. Ningún problema: se decanta suavemente y no se altera el vino ni queda ningún resto.

    Viña Ardanza reserva 2004
    La Rioja Alta SA
    DOC Rioja
    13,5%
    Catado el 25 de enero de 2024.
    • Granate desvaído, de capa media-baja, algo turbio previa decantación pero limpio después. Ribete teja.
    • Intensidad aromática sorprendentemente elevada: flores marchitas, hojas secas, bayas deshidratadas, bosque umbrío. Muy fiel al estilo y muy agradable.
    • Suave, aterciopelado, con la acidez comedida y fresca. Cuerpo bajo, paso ligero. Final de persistencia media con taninos cremosos, aún presentes. Todo un clásico.
     
     
     
     
    Esta foto de la izquierda es la que tiene la luz adecuada: se ve el vino en el decantador, se ve la botella, se ven las plantas, se ve la estancia... pero no se lee la etiqueta, que es muy pálida y queda velada. Así pues, os dejo esta otra...

     
     
     
    ...en la que se lee la etiqueta, pero todo lo demás está oscurísimo.
    "Si en lugar de ir con una camarita carpetovetónica llevaras un camarote de los Hermanos Marx con HDR no te pasaría eso" escucho clamar a más de uno.
    Y debo reconocer que tienen razón; pero llevo la camarita que llevo en el bolsillo, qué le vamos a hacer.
    En este caso, una Lumix del año pum que está a punto de decirnos adiós, me temo, como ya pasó con las dos Coolpix con las que empezamos este blog. Solo tres cámaras de bolsillo en una década, no os lo perdáis.