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lunes, 30 de junio de 2014

Alhambra reserva 1925

Mis disculpas por dejaros ayer sin entrada. Estaba volviendo de Cádiz, provincia maravillosa que os recomiendo apasionadamente.

Vamos hoy a ver una birra que se puede encontrar con bastante facilidad y que destaca dentro de las cervezas comerciales de España (es del grupo Mahou-San Miguel). Se trata de una cerveza extra cuyo nombre hace referencia al año en que se fundó Cervezas Alhambra, de Granada.

Es una cerveza curiosa desde la misma botella, de color verde cantoso, sin etiqueta, con la información grabada en el propio vidrio (lo cual puede dificultar encontrar detalles tales como el grado alcohólico, aunque eso es algo que también pasa con muchas de las etiquetas de papel).

Se trata de una birra francamente rica, con personalidad, potencia y empaque; algo alejada de las cervezas fresquitas tan típicas de nuestros bares, aunque sin llegar a la complejidad de las trapenses belgas (algo que no logra casi nadie, ciertamente).

Pese a su mayor complejidad, no deja de ser una lager, es decir, una cerveza de baja fermentación; por eso no se acerca a la cantidad de matices que tienen las ales, o cervezas de alta fermentación, en las que la levadura ha podido actuar más. Con todo, al ser de categoría extra (es decir, con un extracto seco primitivo del 15% o más, en este caso justo del 15%, algo de lo que ya hablaremos) es más alimenticia y entretenida que las lager normales e, incluso, que las especiales (lager especial es la Mahou 5 estrellas, por poner solo un ejemplo).

Aunque está radicada en Andalucía (tengo entendido que es la cerveza con mayores ventas en Granada), se consume en toda España, entre otras cosas gracias a una exitosa campaña publicitaria del año 2010 ("¡Aleluya!" era el mensaje del anuncio).

Tiene el inconveniente de no ayudar a los labelófilos, ya que no hay etiqueta alguna que despegar y guardar. Habrá que conformarse con la foto. Eso sí, la chapa es un rato chula, de color verde chillón como la botella, para los que las guarden. Como soy muy friqui, yo lo guardo todo. Y hago fotos.

Bueno, que me enrollo mogollón. Vamos a lo que nos interesa más, que es la cata:

Alhambra reserva 1925. Lager española. 6,4%
Catada el 27 de junio de 2014.
  • Dorado intenso y abierto, con crema marfil consistente y abundante.
  • Intensidad aromática media-alta: hierro, galleta María, vainilla.
  • Potente, de paso amplio y metálico; buen equilibrio entre ataque dulzón y amargor final. Persistente.



Alhambra reserva 1925 en la playa de La Costilla, Rota
Alhambra reserva 1925 en Pouss Café


Como la tomo a menudo, tengo más de una foto. 
La de la izquierda es en Madrid, la de la derecha en Rota (Cádiz).

El relieve de la botella (en lugar de la etiqueta convencional) hace difícil que se lea en las fotos lo que dice.

sábado, 28 de junio de 2014

1906 Red Vintage

Hace algún tiempo me invitaron a la presentación de esta cerveza, primero en el Salón de Gourmets y luego en un restaurante madrileño; pero no la había catado con calma hasta ahora (esas presentaciones muchas veces son demasiado bulliciosas para catar con calma y uno solo pimpla).

Los de Estrella Galicia (Hijos de Rivera SAU) han sacado -en realidad recuperado, es que la habían dejado de hacer- una cerveza bastante potente, muy alimenticia, que recibe el sobrenombre de "La Colorada" porque in illo tempore tenía un capuchón rojo (hoy la chapa); y no porque la cerveza sea algo rojiza (que también, sobre todo si se la compara con su hermana pequeña). Vamos a catarla:

1906 Red Vintage "La Colorada". Lager extra española. 8%
Catada el 23 de junio de 2014.
  • Ámbar intenso con irisaciones rojizas. Crema marfil espesa y duradera.
  • Intensidad aromática media: aromas principalmente secundarios (pan, bollería) y también algún torrefacto (caramelo, café).
  • Potente, sabrosa, dulzona. Envolvente, sin excesivo amargor final.
Esta es mi cata, no la oficial (no voy a hacer el blog para cortar y copiar las catas que hacen otros); en este caso difiere bastante de la que encontraréis por ahí. Ellos dicen que predomina el aroma de la malta tostada (que no es decir mucho) pero a mí me parece que las notas predominantes son las de levadura (rica, que conste). También hablan de un marcado amargor final que yo no encuentro por ningún sitio. De hecho, es de las cervezas más dulzonas que puedes encontrar sin ir a sitios especializados. Está muy rica, desde luego, pero no es como la describen. ¿Qué tenéis que hacer? Vuestra propia cata y vuestro propio juicio, lógicamente. Como siempre en esta vida, es mejor que las opiniones sean propias y fundamentadas.

La madera del fondo engaña, hace que el color parezca más oscuro de lo que es en realidad.




viernes, 27 de junio de 2014

Manzanilla La Gitana

Ayer, día 26 de junio, fue el Día de la Manzanilla en Sanlúcar de Barrameda. No es una fiesta como la Feria de la Manzanilla, pero sí una ocasión señalada, así que me fui para allá. Aproveché para comer en la terraza de Casa Bigote, en Bajo de Guía, junto al Guadalquivir, con media botella de La Gitana, que vamos a catar a continuación.


Este es el restaurante en cuya terraza comimos.
Famoso por sus langostinos, no obstante yo comí todo tipo de tapas menos langostinos: 
chocos, atún, bonito, cazón, boquerones... Todo riquísimo.


Como ya os conté, en el marco de Jerez se elaboran una serie de vinos alucinantes, como el fino, el amontillado, el oloroso, el palo cortado, el PX... Hasta hace bien poco la DO era común para todos, pero la manzanilla de Sanlúcar ha terminado teniendo su propia DO (aunque tutelada por el mismo consejo regulador). La peculiaridad de la manzanilla es que se elabora solo en Sanlúcar de Barrameda, justo en la desembocadura del Guadalquivir en el Atlántico, donde el clima es muy particular, con mucha salinidad y humedad. Esto se nota en el vino, que se oxida menos que los finos (al poderse desarrollar mejor el velo de flor que protege el líquido de la acción del aire dentro de las botas). Además, la sal está suspendida en el ambiente y llega así a las bodegas.

Las Bodegas Hidalgo son toda una institución en Sanlúcar. Datan de finales del s. XVIII (1792) y elaboran La Gitana, conocidísima en toda España (tal vez sea la manzanilla más popular, con permiso de La Guita y de Solear). Están en todo el cogollo sanluqueño, en el extremo de la Calzada de la Duquesa Isabel.

 La Gitana desde la Calzada.
 

Las botas en el interior de la bodega.


Y, sin más dilación, vamos a la nota de cata de este vino:

Manzanilla La Gitana
Bodegas Hidalgo - La Gitana SA
DO Manzanilla - Sanlúcar de Barrameda
15%
Catada el 26 de junio de 2014.
  • Amarillo pálido, limpio, brillante, sin apenas lágrima.
  • Almendra, salmuera, playa, hueso de aceituna verde.
  • Muy seco, pungente, fresco, potente. Paso más envolvente de lo que la escasa lágrima hacía presagiar. Final amargoso y muy largo.
Podéis ver la cabezuela de corcho.
Detrás, el Guadalquivir y, al fondo, Doñana.

jueves, 26 de junio de 2014

Heineken

Hoy tenemos la cata de una cerveza que, a buen seguro, habéis tomado todos en más de una ocasión. Nombre famoso, logo famoso, hasta el verde de la botella es famoso gracias a una campaña publicitaria bastante exitosa que lanzaron hace algunos años (y que a mi hermana le valió cerveza gratis toda una noche por llevar el pelo teñido de verde en una discoteca donde había una fiesta patrocinada por Heineken).

Heineken. Lager neerlandesa tipo pilsner. 5%
Catada el 25 de junio de 2014.
  • Dorado abierto con irisaciones verdosas. Crema nívea muy consistente.
  • Intensidad aromática baja: pan, levadura, galleta cracker, metal.
  • Ligera, fresca, insípida. Final breve con escaso amargor.

Sí, se trata de una bolera. 
En El Puerto de Santa María, para más señas.
 
 
Esta foto, nueve años posterior a la anterior, está tomada en Bubbles, en el aeropuerto de Ámsterdam (Schiphol). Misma cristalería, mismo color verde, misma grafía... ¡pero dice "Pintje" y no "Heineken"! 
¿Y eso? Una guasa en el país de origen: pintje es el diminutivo de pint, una pinta. Salvando las distancias, es como si viniera a decir "cervecita". También las hay que dicen "Bierje", que sí es, literalmente, "cervecita".
 
 

miércoles, 25 de junio de 2014

Agustí Torelló Mata Reserva de barrica 2006

Hola, artistas,

Resulta que hemos catado bastantes champanes pero ningún cava, y eso no puede ser. Hay que ponerle remedio. Pero ya.

La DO Cava es una denominación muy peculiar, porque es disjunta, esto es, está compuesta de parches salpicados por toda España. Es una cuestión de tradición, de haber estado de toda la vida haciendo espumoso por el método tradicional. El núcleo es Sant Sadurní d'Anoia, en Barcelona, y a partir de ahí se extiende por toda la provincia y por toda la comunidad autónoma. Pero no queda ahí la cosa: pueden hacer cava (acogido a la DO, por supuesto) también en otras seis comunidades autónomas: en La Rioja, en el País Vasco (Álava), en Navarra, en Zaragoza, en Valencia (solo en Requena) y en, atención, Extremadura (en Almendralejo, Badajoz). Échale guindas al pavo.

Las uvas principales a la hora de elaborar cava son tres, las tres blancas: xarel·lo, parellada y macabeo (o viura en La Rioja). De las tres, la más elegante, me vais a permitir decirlo, es la primera, que da unos vinos alucinantes. No obstante, las otras dos también son uvas nobles y, bien trabajadas, dan cavas riquísimos. Un ejemplo es el que traemos hoy: 100% macabeo de viñas viejas. Ya veréis. No esperéis una potencia ni una intensidad bestiales, pero en su sutileza es magnífico. Proviene de una bodega (en pleno Sant Sadurní d'Anoia) francamente maja, que hace unas cosas estupendas y acostumbra a tener muy buena relación calidad/precio.

Reserva de barrica 2006
Agustí Torelló Mata
DO Cava
12%
Catado el 24 de diciembre de 2009.
  • Dorado pálido con burbuja muy fina.
  • Intensidad aromática sutil pero muy complejo y agradable: frutas blancas (manzana asada, membrillo, níspero, albaricoque, ciruela). Miel, dátiles confitados, hinojo, pasto... Almendra, camomila.
  • Seco, salino, fresco, bien integrado. Persistencia media, notas de cítricos (azahar, naranja dulce, corteza de limón). Muy correcto en su sutileza.
Fue el vino elegido para brindar la Nochebuena del 2009.


martes, 24 de junio de 2014

La Cigarrera Pedro Ximénez

Hola, colegas,

Os prometí hablaros del vino de Jerez y voy a empezar a hacerlo hoy. Hay muchísimo que contar, hoy vamos a catar un vino en concreto y os voy a hablar de una bodega. De paso comentaré algunos aspectos generales.

La bodega es La Cigarrera, en Sanlúcar de Barrameda. Sanlúcar está justo en la desembocadura del Guadalquivir, en la margen izquierda; en la derecha está el Parque Nacional de Doñana. Sanlúcar es muy famosa por su manzanilla, un vino muy seco, parecido al fino aunque más salino. Sin embargo, no solo elabora manzanilla, también muchos otros vinos del marco de Jerez, tales como amontillado, oloroso, palo cortado o el que hoy nos ocupa: Pedro Ximénez.

Esta es la desembocadura del Guadalquivir desde las playas de Sanlúcar. Enfrente, Doñana


Si os fijáis en las etiquetas que acompañan esta entrada, veréis que una de ellas es la de "blanco", pero el pedro ximénez (PX en lo sucesivo) es un vino, curiosamente, de color negro. Lo que ocurre es que las uvas de la variedad pedro ximénez, que son blancas, se dejan secar al sol para que se pasifiquen y concentren los azúcares; y el vino resultante se deja, como tantos otros de Jerez, oxidar mucho. Lo que en cualquier vino sería el final, en Jerez es el principio, porque esta oxidación controlada no estropea los vinos sino que los vuelve maravillosos (hay crianzas no oxidativas, como la de la citada manzanilla, pero de eso ya hablaremos con calma en otro momento).

Bien, centrándonos en La Cigarrera: es una de las bodegas más antiguas de toda Sanlúcar (de 1758 nada menos) y es preciosa. Se ubica en la antigua alcaicería y tienen un patio dentro de la propia bodega donde tomar alguno de sus productos bajo un emparrado que, sorprendentemente, no atrae insectos.

Las botas -que no barricas- en la bodega.
La foto está borrosa, perdón.

El patio que mencionaba. 
Ay, qué duro es esto de catar para el blog...


Elaboran, por supuesto, manzanilla; sin embargo hoy vamos a catar el PX. Vamos allá:

Pedro Ximénez
Bodegas La Cigarrera
DO Jerez-Xérès-Sherry
18%
Catado el 22 de junio de 2014
  • Color caoba, de capa media-alta, brillante y con escasa lágrima.
  • Intensidad aromática media-alta: naranja confitada (recuerda al cóctel Old Fashioned, del que ya hablaremos), pasas, prunas*.
  • Ataque abocado, pero no exageradamente dulce. Paso agradablemente salino (se nota que estamos entre el Guadalquivir y el Atlántico). No tan graso como otros PX. Persistencia media.


No es un PX al uso: no aparecen las típicas notas de pan de higo ni de dátiles, no es tan negro ni tan denso... Donde más varía es en boca, menos dulce y con una nota salina. Mi recomendación: pese a que el PX se asocia automáticamente a postres dulces, no hagáis caso en esta ocasión y maridadlo con quesos azules (que también sirven de postre), tales como cabrales, picón, valdeón... Ya veréis qué pasada. Al ser menos graso os va a limpiar la boca, y el toque salino acompañará fenomenal el sabor rotundo de estos quesos.


* Pruna = ciruela pasa

lunes, 23 de junio de 2014

Cruzcampo pilsen

Perdonadme por la falta de entrada ayer; es que estoy en la provincia de Cádiz pasando unos días y me resulta difícil conectarme. Menos mal que en las bibliotecas públicas hay wi-fi.

Aprovechando la coyuntura estoy visitando bodegas de Jerez a punta pala, prometo hacer una o más entradas dedicadas a esta incomparable denominación de origen, entradas tanto teóricas como prácticas. Merece mucho la pena.

De momento, os voy a dejar una entrada cervecera muy propia de Andalucía: la Cruzcampo de toda la vida, que lleva 110 años dando guerra. La tomé el otro día en Cádiz, en un bar muy majete (El Pelícano) que hay dentro del baluarte de San Roque y en el que me dejaron entrar con mi perro. La cata es de la cerveza de barril.

Este es el baluarte de San Roque, en Cádiz. 
Dentro está el bar El Pelícano, donde nos tomamos la cerveza.

Me encantan los bares donde puedo entrar con mi perro. 
Tanto que les hago propaganda: no dejéis de ir cuando paséis por Cádiz.


Cruzcampo pilsen. Lager española tipo pilsner. 4,8%
Catada el 21 de junio de 2014.
  • Dorado pálido. Capa muy abierta. Crema nívea*.
  • Intensidad aromática muy baja: pan, hierro.
  • Suave, fresca, acuosa. Paso rápido. Final amargoso breve.
El interior del bar, la mar de cuco.


*Nívea: pues muy blanca. ¿No puedo decir simplemente "muy blanca"? Sí, pero entonces dejaría de ser pedante y me quitarían el título de sumiller.

viernes, 20 de junio de 2014

Adnams Tally-ho

Buenos días, campeonísimos,

Hasta hoy no habíamos catado nunca una cerveza del estilo barley wine, es decir, "vino de cebada". Son cervezas complejas, con mucho grado (no es raro que lleguen al 10%, aunque la de hoy es menos exagerada), dulzonas, espesas y con potencial de envejecimiento. Para beber mientras comes algo porque, si no, es fácil que te emborraches, la verdad.

"Tally-ho" es un término británico que tiene su origen en la caza del zorro: es lo que gritaba quien avistaba la presa durante la batida. En la etiqueta sale un jinete ataviado para la caza.

Vamos a la cata, que es doble, como prefiero:

Adnams Tally-ho. Ale inglesa tipo barley wine. 7,2%

Catada el 10 de febrero de 2014 (1ª cata).
  • Marrón rojizo muy oscuro, de capa cubierta. Crema beige sorprendentemente escasa.
  • Intensidad aromática media: café, caramelo, dátil, salsa Perrins.
  • Suave, cremosa, envolvente, redonda. Final de persistencia media con ligero amargor.
Catada el 5 de abril de 2014 (2ª cata).
  • Marrón oscuro con reflejos ambarinos, capa cubierta. Crema beige.
  • Intensidad aromática elevada: café, toffee, caramelo, salsa Perrins.
  • Suave, cremosa, potente. Dulzona, sin mucho amargor ni mucha persistencia.
Concluyendo, las dos catas son muy parecidas y arrojan una cerveza parda, cubierta, con crema beige; de intensidad aromática media-alta y notas de café, de caramelo y de salsa Perrins. En boca es suave y cremosa, apenas amarga y con un final poco persistente. Una buena forma de iniciarse en las cervezas de este estilo.

M. Huineman (2014): Azul y rojo con barley wine.
Qué pasa, me sentía artista.



jueves, 19 de junio de 2014

Alión 2008

Saludos, mis buenos amigos,

Hace algunas semanas catamos un vino de Vega Sicilia, el Valbuena 3º Año (ojo, que también hemos catado el Valbuena 5º Año) y os comenté que la bodega lo había dejado de producir. Sin embargo, que lo dejaran de producir no significa que el nicho que ocupaba quedase vacío: en su lugar desarrollaron el vino que vamos a catar hoy, que también es un Vega Sicilia pero tiene su propia marca y su propia bodega. Una cosa curiosa que se pueden permitir estas bodegas con pasta para diversificar negocio. Incluso hacen lo mismo fuera de Ribera del Duero, en Toro, con el Pintia.

Alión es un vino que cuesta, dependiendo de la añada y de dónde lo compréis, entre 40 y 50 eurípides; es decir, es un vino carete pero no exagerado. La ventaja que tiene es que siempre está riquísimo y que a todo el mundo le va a gustar: no es un vino excesivamente complejo ni cuesta que abra (no requiere decantación previa, por ejemplo).

El que hoy tomamos me lo regalaron el año pasado y me he esperado hasta ahora para tomarlo. Un momento estupendo, francamente. Vamos a comprobarlo:

Alión 2008
Bodegas y viñedos Alión SA
DO Ribera del Duero
14% 
Catado el 16 de junio de 2014.
  • Rojo picota cubierto con ribete cardenalicio.
  • Intensidad aromática muy alta: chocolate, ahumado, fruta negra (mora), melocotón, crayón, licor.
  • Suave, fresco, envolvente. Una nota salina y un punto umami. Largo, con recuerdos minerales y de frutas exóticas.


Si recordáis la cata del Valbuena 5º Año (ahora hablo del 5º, no del 3º), os dije que era tal vez demasiado sutil para lo que costaba. Este, de la misma gente, cuesta la mitad y es mucho más intenso, así que tal vez sea una opción a tener en cuenta.

miércoles, 18 de junio de 2014

La Trappe Isid'or

En varias ocasiones os he hablado de mi afición a las cervezas trapenses, de la calidad que tienen, de las visitas a los monasterios...

Durante años solamente hubo una abadía trapense que elaborase cerveza fuera de Bélgica: la de Nuestra Señora de Koningshoeven, en Tilburgo, Países Bajos (relativamente cerca de la frontera belga). Esta abadía elabora muchos tipos de cerveza, más que las demás abadías trapenses, y lo hace bajo la denominación "La Trappe". Una rubia, una blanca, una doble, una triple, una cuádruple... y también una bock, una orgánica, varias cervezas conmemorativas, chocolates, pan y vaya usted a saber cuántas cosas más. Un mogollón.

Esta es la abadía. 
Justo a la derecha de la foto está el restaurante; los bancos de madera son de su terraza.

Nada menos que ocho grifos con ocho cervezas distintas ¡y todavía faltan!


Como os decía, tienen cervezas conmemorativas, una de las cuales vamos a catar hoy. Creada para celebrar el centésimo vigésimo quinto (125º, es que soy pedante) de la fábrica de cerveza de la abadía, se llama Isid'or en recuerdo del monje Isidorus, primer maestro cervecero del lugar.

Al principio solo se comercializaba en formato de 75 cl, pero desde hace un par de meses se puede ya encontrar en el más convencional de 33. Sabéis que me gusta catar varias veces las cosas para hacerme una idea más certera de cómo son, así que tendremos la cata de ambos formatos, como ya pasara con la Westmalle dubbel cuando comenzó el blog. La diferencia es que aquella vez cada formato dio pie a una entrada y ahora veremos ambos en la misma. Vamos allá:

La Trappe Isid'or. Cerveza trapense neerlandesa. 7,5%
Catada el 16 de abril de 2014 (botella de 75 cl).
  • Ámbar oscuro, brillante y turbio. Crema marfil abundante y duradera.
  • Pan, miel, vainilla, dátiles, butterscotch, hierro.
  • Potente, dulzona, envolvente, larga, con notas de galleta campurriana. Deliciosa.
Catada el 15 de junio de 2014 (botella de 33 cl).
  • Ámbar rojizo turbio. Crema color hueso abundante, compacta y duradera.
  • Intensidad aromática muy elevada: cera virgen, nuez, miel, bizcocho, hierro.
  • Dulzona, potente, punzante. De amplio recorrido e interesantes toques metálicos. Muy larga, sin amargor final. Recuerdos de bollería. Riquísima.
En conclusión: cerveza turbia, de color ambarino y crema consistente, con gran cantidad de aromas golosos tanto primarios como secundarios; dulzona, potente y amplia. Final persistente, sin amargor, en el que llama la atención el recuerdo de galleta campurriana (fijaos bien porque no es habitual y sí muy agradable). Formidable, en mi modesta opinión. No puedo sino recomendárosla.


 La etiqueta del cuaderno de cata es del formato de 75 cl; la botella es la de 33.
En la copa se ven bien el color ambarino y la abundante crema.

martes, 17 de junio de 2014

Manualidades en los mundos del vino y la cerveza II (chapas)

Hola a todos,

Continuamos con las distintas cosas que se pueden hacer aprovechando lo que otra gente suele tirar tras beberse el vino o la cerveza.

Vamos a ver alguna aplicación de las cervezas. Por ejemplo, con las chapas de cerveza podéis seguir mi ejemplo, que es en realidad el de mi padre, y hacer nada menos que salvamanteles temáticos. Para ello tenéis que saber sacar las chapas sin doblarlas ni descascarillarlas. Hay abrebotellas que dejan la chapa inmaculada, pero es más una cuestión de suerte que de tipos concretos. Otra forma -la que yo empleo- es aprender a abrir las botellas con un cuchillo, una cuchara o, quien fume, un mechero. Tiene su intríngulis, pero una vez aprendáis pareceréis McGyver, farda mucho. Seguro que hay vídeos en Internet que explican cómo lograrlo, aunque yo tuve que aprender a pelo. El truco final me lo enseñó mi amigo Fran, de Más que cervezas, para evitar que la chapa salga disparada.

Pero bueno, al turrón, esto es, al salvamanteles. Podéis hacerlo como os dé la gana, aunque yo os aconsejo que las chapas sean diferentes y que guarden cierta relación entre sí. He preparado algunos por países, pero el primero lo hice variado, con chapas todas de cervezas bebidas por mí, eso sí, y de muchos países y estilos, incluyendo varias abadías trapenses. Este es el salvamanteles:

Cervezas españolas en la primera línea, luego alemanas, holandesas y austriacas en la segunda; trapenseses belgas en la tercera, en la cuarta belgas no trapenses; finalmente, en las dos últimas, anglosajonas: irlandesas e inglesas; escocesas y estadounidenses.

Podéis ver que la madera es un contrachapado cortado a medida (cuando tengáis las chapas que queráis poner las colocáis en una mesa y medís) y barnizado (dos capas). En el reverso tiene unos topes autopegables que se compran en cualquier ferretería por dos duros. Para pegar las chapas, tres puntitos de pegamento epoxi o de superglue en el contorno, algo de presión y a por la siguiente. Luego, lógicamente, esperad hasta el siguiente día.

Como resulta que bajo la chapa casi todo es aire y hay muchas chapas, al final tenemos un salvamanteles de lo más eficiente, gracias a la capa aislante de aire que queda entre la olla -o sartén- y la madera. En serio, funciona de maravilla, yo no tengo más salvamanteles que estos. Además, cuando vienen las visitas es una forma de romper el hielo magnífica, enseguida sale una conversación en torno a las birras que unos y otros han probado y los países que han visitado. Mola mil.

lunes, 16 de junio de 2014

Manualidades en los mundos del vino y la cerveza I (cajas)

Esta entrada es una pequeña digresión respecto al tono general del blog, pero creo que es interesante y merece la pena.

Se trata de aprovechar los elementos que acompañan al vino y la cerveza, que son muchos y con diversas aplicaciones. Me voy a limitar a deciros las cosas que he hecho yo, aunque sé que la gente es muy creativa y hace de todo.

Para empezar, las cajas de vino. Pueden ser de varios materiales: las de cartón son muy útiles para las mudanzas (sobre todo si tienen una tapa que se cierre con solapa, sin necesidad de cinta); las de metal vienen bien para guardar fotos o los juguetes de los niños; pero las que más nos interesan son las de madera. Como yo he trabajado en esto durante muchos años, he tenido acceso a muchas cajas, lo cual es una ventaja. Pero también sé, porque yo lo hacía con quien me las pidiera, que podéis ir a las tiendas de barrio y os darán las cajas de madera que vayan a tirar. No creo que os pongan inconveniente alguno, yo nunca lo puse, le daba gratis a la gente cuantas cajas quisiera.

Hay quien emplea estas cajas para la elaboración de jabón artesano, por ejemplo, pero la utilidad más interesante para mí es la de construir muebles. En mi casa tanto las estanterías como las mesillas de noche están hechas con cajas de madera para el vino. Tienen la ventaja de que cada caja representa un módulo, así que las podéis hacer más o menos grandes a vuestra conveniencia. Es recomendable que incluyáis patas para evitar que el polvo entre en las baldas inferiores y para poder barrer sin tener que mover todo el armatoste; estas patas se pueden hacer con cajas de madera para una o dos botellas, que son más pequeñitas y quedan fenomenal. Fijaos en las fotos.

Esta fue la primera que hice, muy trabajada: lijé y barnicé todas las cajas antes de unirlas entre sí. En aquel entoces vivía en una casa grande en las afueras, pero al venir a vivir al centro a una casa pequeñita tuve que hacer otra menos aparatosa. Fijaos en los tamaños tan diversos que podéis tener para cada balda, en las patas y en el compartimento cerrado arriba del todo, a modo de armarito. Dan mucho juego. Veamos la segunda:

Más pequeñita porque también la casa lo es. Decidí darle una forma vagamente antropomórfica, con su cabeza, sus hombros, sus pies... Esta no tiene las cajas barnizadas, aunque sí lijadas para evitar que la madera sea demasiado agresiva con los libros. A la izquierda se ve una de las mesillas de noche, elaborada con dos cajas con tapas correderas. Como la madera es más oscura y está barnizada se ve mal, pero tampoco es que tenga mucha complicación, la verdad. Dentro hay más libros.

Os recomiendo emplear clavos de cabeza perdida, prestando atención a clavar siempre en los bordes para evitar que las puntas asomen. Si no queréis usar clavos, hay pegamentos alternativos que no van mal del todo, pero las cargas a las que una estantería se suele someter hace más recomendable al buen amigo Clavijo que al pegamento. Si lijáis y limpiáis bien, un pegamento epoxi también funciona de maravilla.

Tranquilos, que seguiremos explorando este mundo del bricolaje sumilleril. Hasta entonces, besos y abrazos.

domingo, 15 de junio de 2014

Hacienda Pradolagar 2005

Hoy toca cata de vino tinto, olé y olé. Se trata de la joya de la bodega Marqués de Vargas, en La Rioja, y lleva el nombre de la propiedad donde está construida la bodega, en Logroño.

Elaborado con tres variedades clásicas de la zona: tempranillo, garnacha tinta y mazuelo. Crianza de 22 meses en barricas nuevas de robles ruso y francés. La tirada es muy limitada, en la añada de 2005 se redujo a 9000 botellas. Es un vino caro, la verdad (cien pavos no es una fruslería) y resulta, a mi juicio, excesivamente clásico. No obstante, está muy rico y se bebe muy bien; y ni que decir tiene que hay a quien le encantan los vinos clásicos. Para todos, y sobre todo para ellos, aquí está:

Hacienda Pradolagar 2005
Grupo vinícola Marqués de Vargas SL
DOC Rioja
14%
Catado el 9 de junio de 2014.
  • Picota cubierto con ribete granate.
  • Intensidad aromática alta: fruta licorosa, cuero, carne de membrillo, carbón de encina, tinta china.
  • Suave, ligero, quizás excesivamente ácido. Persistencia media.

sábado, 14 de junio de 2014

Black Velvet

¡Ta·chán! Ha llegado el día en que hablamos simultáneamente, respecto de lo mismo, de cerveza y de vino.

¿Cómo es eso posible? Pues porque os voy a hablar del Black Velvet, un cóctel fabuloso que ha vivido días mejores (hoy cuesta que sepan siquiera lo que es, incluso en coctelerías especializadas) pero que sigue siendo riquísimo.

Black Velvet ("terciopelo negro" en inglés) es, según John Doxat en su Booth's Handbook of Cocktails & Mixed Drinks, libro genial del que os hablaré con más calma en otro momento, un cóctel formidable contra la resaca, como aperitivo u, ojo al parche, el mejor maridaje posible con ostras. Lo cual es decir mucho, y este Doxat sabía lo que se hacía.

Y hablando de hacer: ¿cómo se hace un Black Velvet? Es bastante simple, aunque tiene su truco. Remitiéndome nuevamente al libro antes mencionado, es mitad Guinness, mitad champán bien frío. El cóctel se hace con Guinness, no con otra stout, pero el espumoso, siempre que sea seco (es decir, brut, extra brut o brut nature) y de calidad, puede ser cualquiera. Yo lo suelo elaborar con Anna de Codorníu, un cava con una relación calidad/precio difícil de batir. Es importante que el espumoso sea uno que nos guste bebido solo, en caso contrario el Black Velvet no estará bueno.

"Vale, señor sumiller, ya nos has dicho con qué se hace, pero no cómo", os escucho comentar acertadamente. Vamos a ver, os digo mi truco particular, para dos personas (es el aperitivo favorito de mi tío y mío, en este caso): dos botellitas tamaño benjamín de cava y una lata de Guinness de una pinta. La ventaja de estas latas es que traen un dispositivo (creo que el término técnico es pirulo, aunque en inglés dicen widget) que permite generar crema casi como si la cerveza la estuviesen tirando en un pub de Dublín, algo que vendrá muy bien.


Primero servid el espumoso en un vaso de pinta. Si sirvieseis primero la cerveza os terminaría saliendo muchísima espuma pegajosa, y no queremos eso. En la imagen veis los vasos de pinta con el benjamín ya servido (uno en cada una) y la lata de la que os hablaba, la del pirulo en el interior para hacer crema.

Tras este paso, servid con cuidadito la cerveza sobre el espumoso, dejando que la crema suba -si lo hacéis bien- hasta el mismísimo borde. Tal que así:


Podéis comprobar que la capa es más abierta que en el caso de la cerveza sola, pero no mucho más; también que la crema es más abundante. El resultado es un aperitivo delicioso, muy fresco y revitalizante, con mayor acidez que la cerveza sola y más alimenticio que el espumoso solo. Acompaña de maravilla no solo ostras, como bien decía Doxat, sino mejillones, boquerones, sardinas, calamares a la romana e, incluso, almejas a la marinera. Es decir, frutti di mare a tutiplén.

Por cierto, el origen de este cóctel se encuentra en el Brooks's Club de Londres allá por el año 1861. Se dice que se creó para llorar la muerte del Príncipe Alberto, consorte de la Reina Victoria (acaecida el 14 de diciembre de ese año); el color y el nombre simbolizan la banda llevada en el brazo por los hombres de luto. Interesante origen; no sé qué tendrá de cierto, pero interesante es.

El Black Velvet es un cóctel al que hay que acostumbrarse; puede que no os apasione a la primera (a mis primos no les atrae en absoluto), pero a quien le guste habrá encontrado un amigo para toda la vida.


viernes, 13 de junio de 2014

Don Melchor 1999

Hola, campeones,

Ayer estuve en casa de mi primo Pedro cenando y tuvo el detallazo de brindarme una joya entre los vinos chilenos: Don Melchor, el portaestandarte de la bodega Concha y Toro, que es la principal de toda Iberoamérica y una de las mayores del mundo. El vino más vendido y conocido que tienen es Casillero del Diablo, pero el de hoy es su estrella. Curiosamente, no está elaborado con carménère, la uva emblemática chilena, sino con cabernet sauvignon (en el año 99 tenía, además, un 7% de cabernet franc).

La cuestión es que, pese a lo que se diga, los vinos no ganan indefinidamente con la edad: tienen un tiempo durante el cual mejoran, otro durante el que se mantienen y, finalmente, empiezan irremisiblemente a decaer hasta estropearse. Cuánto duren las dos primeras fases depende de muchos factores, tanto internos al vino (variedades, crianza, elaboración) cuanto externos (modo de conservación: luz, temperatura, movimiento, olores). Así que vamos a catar un vino que estaba más allá de su momento óptimo de consumo: con 15 años y habiendo venido desde Chile podían haber pasado muchas cosas... y pasaron. Eso sí, como reza el refrán, "el que tuvo, retuvo (y guardó para la vejez)".

Don Melchor 1999
Viña Concha y Toro SA
Valle del Maipo (área Puente Alto)
13,5%
Catado el 12 de junio de 2014
  • Rojo cereza brillante de capa media, ribete teja.
  • Fruta roja muy pasada, rosas marchitas, hueso de melocotón, vinilo, laca de uñas.
  • Suave, vivo, ligero, con taninos algo apagados.
En nariz delataba que se había pasado de rosca (esa laca de uñas, qué pena) pero en boca todavía se mostraba más que correcto, pese a la decadencia de los taninos. En cualquier caso nos terminamos la botella entre dos, así que rico sí estaba.

El vino pedía a gritos decantación y, a falta de decantador, buena es frasca.

Marani Mukuzani 2008

Hoy vamos a catar toda una rareza: un vino de Georgia. Atención: hablo de un país, de la república transcaucásica de Georgia, ex-república socialista soviética, no del estado yanqui homónimo.

Aunque es un país bastante desconocido, resulta que tiene una de las culturas más antiguas del mundo: su propio idioma, su propio alfabeto, su propia religión... Casi todo lo han hecho antes que el resto y, como están muy aislados, han seguido a su rollo sin influencias foráneas. Y el vino no es una excepción: parece que Georgia es el primer lugar del mundo donde se elaboró vino, allá por el Neolítico, hace unos ocho milenios (se dice pronto).

En Georgia el vino no es del todo igual que en el resto del mundo, empezando por las uvas, que son de variedades autóctonas con nombres como saperavi, rkatsiteli o aleksandrouli. El que cataremos hoy es 100% saperavi, la variedad tinta más importante del país. Otra peculiaridad enológica georgiana es el empleo del kvevri, un depósito cónico de barro cocido que se entierra para que el vino de su interior madure (en Sicilia hacen una cosa parecida). En el año 2013 la UNESCO incluyó el método georgiano de vinificación en kvevris en su lista de Patrimonio cultural intangible. Ahí va el enlace. No siempre se emplean estos depósitos para vinificar en el país, también usan métodos más internacionales.

En España no es del todo fácil encontrar estos vinos. El que hoy vamos a catar lo encontré en una tienda, ya desaparecida, de la calle Goya en la que trabajé unos meses. Había unos cuantos vinos georgianos por interés específico del embajador de este país, que había acordado un trato con los dueños de la tienda. Tras el cierre no los he vuelto a ver nunca. Una pena, porque además de ser muy distintos a todos los demás y de tener tanta historia, resulta que raramente pasaban de diez euros.

Marani Mukuzani 2008
Bodega Marani
Mukuzani (microzona), Kakheti (región)*
13%
Catado el 19 de agosto de 2013.
  • Rojo cereza con ribete rubí. Capa media.
  • Reducción fina. Cera virgen. Licoroso, fruta negra pasada, naranja, regaliz (pastilla Juanola). Mineral (arcilla, crayón**).
  • Muy fresco. Suave, sencillo, redondo. Taninos bien pulidos. Persistencia media.

 Si ampliáis la imagen veréis una muestra del alfabeto georgiano.




* Como son tan particulares los georgianos, no queda claro el tema de las DOs; por eso especifico cuál es la microzona dentro de la región vinícola. Por cierto, Mukuzani es una de las zonas más valoradas y premiadas de cuantas elaboran vino tinto en Georgia. Sus vinos (como el recién catado) pasan al menos tres años en barricas de roble.
** Ni más ni menos que las ceras Plastidecor de toda la vida (recordad que los sumilleres somos pedantes).



jueves, 12 de junio de 2014

Achel extra bruin

Llevo algún tiempo dedicando más espacio a las catas de vino que a las de cerveza, así que vamos a corregirlo. ¿Cómo? Con una grandísima trapense.

Hace algún tiempo os hablé del monasterio de Achel, justo en la frontera entre Holanda y Bélgica, y catamos las dos patersbieren que solo se pueden degustar allí. Pues bien, hoy vamos a catar la joya de la abadía, una cerveza extra, con casi diez grados, que solo se vende en formato de 3/4. La hay rubia y tostada: nosotros vamos a catar esta última, gracias a que me traje una botelluca cuando estuve allí el mes pasado.

Achel extra bruin. Cerveza trapense belga. 9,5%. Botella de 75 cl.
Catada el 9 de junio de 2014.
  • Marrón oscuro, casi negro, de capa muy cubierta. Crema beige muy persistente y espesa.
  • Intensidad aromática muy alta: fruta negra, regaliz, zarzaparrilla. Caramelo, sirope de arce.
  • Muy potente. Ataque dulzón, paso envolvente y recorrido amplio. Final largo, sin amargor. Riquísima.
 La complejidad y el grado hacen que esta cerveza se beba como un vino: acompañando la comida, sorbo a sorbo, en copa y apreciando la evolución de los aromas.

miércoles, 11 de junio de 2014

Clos d'Agon tinto 2004

Buenos días por la mañana,

Hoy vamos a catar un vino catalán, hecho por un equipo de lo más internacional: Clos d'Agon tinto, una maravilla de vino que viene avalado por la asesoría de Peter Sisseck, el enólogo danés que está detrás del vino más caro de España, Pingus. Como le suele gustar a este hombre, el vino viene con una cápsula diminuta que permite ver el estado del corcho y el límite del vino, una idea peculiar pero bien pensada.

Las uvas son todas de variedades francesas: se trata de una mezcla de lo más variopinta, con cabernet franc, cabernet sauvignon, merlot y syrah, todas a partes más o menos iguales (ninguna menos del 20% ni más del 30%). La crianza es de 20 meses en barricas nuevas de roble francés. El resultado es un vino complejo y con fuerte personalidad que cada día resulta más caro, la verdad. Suele valer unos 40 pavos, pero esta añada en concreto, que todavía se encuentra en tiendas, anda ya por los 60. Estará deliciosa, ya lo estaba hace dos años cuando lo caté yo (y llevaba con la botella esperando un año, es un vino que lleva tiempo en el mercado). Vamos a ver esa cata:

Clos d'Agon tinto 2004
Mas Gil SL
DO Catalunya
14%
Catado el 3 de mayo de 2012
  • Cereza oscuro, brillante y algo turbio.
  • Arándanos, cerezas, yogur griego, grafito, tabaco de liar. Un punto de estragón y de pimienta rosa.
  • Suave, amplio, potente sin ser agresivo. Fresco, tánico, persistente. Notas minerales y de caja de puros.
Aquí me tenéis, brindando con todos vosotros.
¡A vuestra salud!



martes, 10 de junio de 2014

Juan Gil 12 meses 2012

Estamos hoy ante un vino con dos inmensas virtudes: la primera es que no falla. Qué fiera, siempre está riquísimo. La segunda es que no resulta caro (no llega a los diez pavos). Incluso en restaurantes, aunque dupliquen el precio, sigue siendo asequible. Dos virtudes que lo hacen, a mi entender, uno de los mejores vinos del panorama actual. Para colmo, resulta fácil de encontrar.

Se trata del primer vino de Jumilla que catamos. Jumilla es la denominación más tocha de Murcia, y la uva emblemática es la monastrell, una uva muy potente y que resiste muy bien el calor de la zona. Da vinos con mucha capa, mucho aroma y mucho grado alcohólico. Bien tratada la uva, los vinos resultan riquísimos (como en el caso que nos ocupa); ahora, hazlo mal y te dará unos vinos que arrean bofetones como panes de hogaza.

La botella que hoy catamos la tomé con mi amiga Lola, el otro día, en un restaurante muy majete de Madrid que se llama Las Tortillas de Gabino; algo que me da pie a contaros un chiste muy salao de mi amigo Emilio:

-Cuando el cura llama a Gabino no dice "Gabino, ven", sino "Venga vino".

Ahí queda eso. Mi primer chiste. Toma ya.

El caso es que en este restaurante, que en algún momento he de reseñar como mandan los cánones, tenían este vino, y allí lo pedimos y bebimos. Como una botella para dos era mucho, el remanente nos lo reencorcharon y pusieron en una bolsita para llevar a casa, algo que agradezco encarecidamente y que no hacen en todos los restaurantes. Ahí va la cata:

Juan Gil 12 meses 2012
Bodegas Juan Gil
DO Jumilla
15%
Catado el 5 de junio de 2014.
  • Picota cubierto con ribete violáceo.
  • Intensidad aromática elevada: fruta roja muy madura, ahumado, hoja de té.
  • Fresquísimo pese a ser tan potente. Suave, envolvente. Taninos nobles. Persistencia media-alta.
Quedaos con la copla, que es muy socorrido.

lunes, 9 de junio de 2014

Valbuena 5º año 2007

Ayer estuve en casa de mis amigos Jose y Silvia, y os lo digo como si les conocierais, tan campante. Hacía dos años que no me pasaba por allí, así que había que celebrarlo por todo lo alto; por ejemplo con este vino, tan majo como célebre.

Hace ya algún tiempo catamos aquí el Valbuena 3º año (que ya no existe, fue reemplazado por el Alión); el de hoy es el equivalente de cinco años en vez de tres. Por encima están los Únicos, que ya resultan de lo más prohibitivo (aunque alguno caerá, ya lo veréis; lo que no sé es cuándo... ¿dentro de años?).

La velada fue estupenda, comiendo en su terraza fabulosa y florida, con una tarde idónea y muy buena conversación. Así da gusto abrir vinos ricos. Para que lo podáis compartir con nosotros os dejo la cata:

Valbuena 5º año 2007
Bodegas Vega Sicilia SA
DO Ribera del Duero
14,5%
Catado el 8 de junio de 2014.
  • Cereza turbio con ribete granate.
  • Intensidad aromática media: fruta roja en compota. Monte bajo, balsámicos.
  • Muy suave, fresco, envolvente. Taninos cremosos. Largo. Notas balsámicas -otra vez- en retronasal.
Si os fijáis, es un vino bastante sutil (incluso tras decantar). Hay quien se espera una explosión de potencia y aroma, y luego les decepciona. Ya os aviso: es un vino caro, pero eso no es sinónimo de explosivo. Es difícil que no guste, pero no os va a arrebatar y llevar volando en una alfombra mágica. Se trata de un vino delicado, suave, fácil de beber y fácil de maridar; cosas que, a mi entender, son virtudes; pero no es impactante. Tiene un nombre muy conocido y eso quizás le hace costar más de lo que debería. Sabed todo esto y, bien informados, decidid si es vuestro vino o no. A nosotros, ayer, nos encantó.

Ay, qué flores tan bonitas tienen mis amigos.


domingo, 8 de junio de 2014

Laurent-Perrier Brut L-P

Hace ya unos cuantos años (allá por el 2008), en el que fue mi primer trabajo como sumiller, estuve en el restaurante del torneo de Madrid de tenis, cuando todavía era torneo de Masters y se celebraba en la Casa de Campo (el torneo se disputaba en el Madrid Arena y el restaurante estaba en el Palacio de Cristal).

El tinglado estaba montado de forma curiosa, con siete subdivisiones temáticas, a modo de siete pequeños restaurantes dentro de uno gigante, y cada uno de ellos daba cocina típica de un país o región: cantonesa, india, italiana, francesa, alemana, tex-mex y española. Contrataron a cuatro sumilleres para los siete rangos, y uno de ellos era el que esto escribe.

El caso es que el vino estaba contratado con bodegas, de modo que no había una selección especialmente amplia. El espumoso, en particular, corría a cargo de la casa Laurent Perrier, de la Champaña. Parece que les caí bien, y cuando terminó el evento tuvieron el detallazo de regalarme nada menos que tres botellas de Brut L-P y, atentos, una de Grand Siècle, que es su cuvée de prestige.

Al año siguiente volví a trabajar de sumiller en el torneo, solo que esta vez ya no en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo, sino en la Caja Mágica, y ya no en el Masters, sino en el Open de Madrid. Y me volvieron a regalar botellita de este espumoso, así que lo he catado un par de veces. Ya sabéis que eso es algo que me gusta porque permite hacerse una idea mejor de cómo es el vino, al ver las coincidencias entre las catas.

Brut L-P
Laurent-Perrier
AOC Champagne
12%

Catado el 31 de octubre de 2008 (1ª cata)
  • Amarillo pajizo con irisaciones doradas.
  • Bollería fina, ciruelas frescas, heno, tahona, hojarasca, manzana reineta, cuero.
  • Seco, suave, fresco, breve. Carbónico bien integrado, postgusto acídulo. Notas de flores blancas.
Catado el 17 de septiembre de 2009 (2ª cata)
  • Trigo pálido con irisaciones verdosas.
  • Masa de pan, bollería (roscón, brioche), oliva verde, flores blancas, piel de mandarina.
  • Entrada muy seca. Paso salino. Final prolongado con notas de salmuera.
En ambos casos me pareció muy bueno. Además, no es un champagne especialmente caro (35 eurípides, más o menos). Estableciendo comparaciones entre las dos catas podemos concluir que las notas de bollería fina, de pan y de flores blancas están presentes siempre, tanto si el vino está más joven (en el segundo caso, fijaos en las irisaciones verdosas) como si está más evolucionado (en el primer caso, irisaciones doradas). También que es muy seco, por lo que será idóneo para aperitivos y entrantes (como aceitunas, que maridarán muy bien con esos aromas de oliva verde y ese toque de salmuera; o un buen jamón, que acompañe el paso salino y contrarreste con su grasa el toque secante).

Foto estrecha.

sábado, 7 de junio de 2014

UnaRubia

Hola a todos,

Ayer estuve en la presentación de una cerveza artesanal que dos chicos de Burgos de 25 años han empezado a elaborar siguiendo el estilo American Pale Ale. Este estilo se caracteriza por el lúpulo cascade, que da unas notas clarísimas de pomelo, pero ya veremos que en este caso estaban algo matizadas (quizás por el gusto español).

La presentación fue en La Tienda de la Cerveza, en la calle Ruda, Madrid, un sitio al que voy todo lo que puedo porque mi amigo Javi lo lleva de maravilla, me deja estar allí con el perro, tiene mogollón de cervezas variadas y me queda al lado de casa. He prometido hacer en algún momento una serie de entradas relativas a tiendas especializadas y le he prometido empezar por la suya, así que le conoceréis en mayor profundidad.

Como podéis claramente ver, fue un evento muy serio. 
Los de los cuernos son los elaboradores.


Aquí os dejo la nota de cata de la cerveza:

UnaRubia. Ale española tipo APA. 5%
  • Dorado ambarino con irisaciones verdosas. Crema marfil poco duradera.
  • Intensidad aromática media. Las notas de pomelo típicas del estilo están muy matizadas por otras de miel.
  • Fresca, con amargor contenido. Persistencia media.
Las etiquetas se las han currado un montón. 
Por lo visto la modelo es una amiga de los elaboradores.

viernes, 6 de junio de 2014

Adnams Broadside

Buenos días,

Normalmente, si una cerveza o un vino me han gustado, intento no solo beberlo tan a menudo como sea posible, sino realizar más de una cata. Es lo que ha ocurrido con la cerveza que hoy nos ocupa, y os pondré las dos catas.

La segunda cata hay que hacerla sin releer la primera, claro, para intentar ser honestos. A partir de los puntos coincidentes entre la primera y la segunda se puede uno hacer una idea buena de cómo es lo catado al margen de estados personales. Vamos a verlo.

Adnams Broadside. Ruby Ale inglesa. 6,3%.

Catada el 1 de febrero de 2014 (1ª cata)
  • Entre rojo rubí y marrón chocolate, según incida la luz. Brillante, con crema abundante blanco-grisácea.
  • Intensidad aromática media: hierro, torrefactos (chocolate, café), hierbas amargas (rúcula, diente de león), regaliz.
  • Potente, cremosa, fresca. Paso lento, envolvente. Final amargoso con puntas grasas muy agradable. Persistencia media. Retronasal con recuerdos de café.
Catada el 5 de junio de 2014 (2ª cata):
  • Rubí-caoba de capa abierta. Crema color hueso muy consistente.
  • Intensidad aromática media: hierro, chocolate, frutos rojos deshidratados.
  • Suave, carbónico sedoso. Buen equilibrio entre acidez, metalicidad y amargor. Persistencia media-alta.
Conclusiones a partir de las coincidencias entre ambas catas: la Broadside es una cerveza de color rubí oscuro, con crema abundante y consistente. Tiene intensidad aromática media, con notas de hierro y chocolate en nariz. En boca es cremosa, con buena acidez y buena persistencia. Muy rica.

Como tantas otras ales inglesas, viene en botellas de medio litro. 
La cerveza dice conmemorar la batalla de Solebay (cosa curiosa porque los ingleses perdieron frente a los holandeses). Por si os interesa saber más, os dejo un enlace.

jueves, 5 de junio de 2014

Milmanda 2006

Pues me parece que es el primer vino blanco tranquilo que catamos (recordaréis que tranquilo es lo opuesto a espumoso). Sí que ha tardado en llegar, sí; pero es un gran vino, no empezamos mal.

Se trata de la joya -en lo que a blancos se refiere- de la corona de la casa Torres. Ya catamos hace algún tiempo la joya tinta, Grans Muralles; pues ahora la blanca, parece coherente. Ambos vinos son de la misma denominación, Conca de Barberà.

En España no estamos del todo acostumbrados a los vinos blancos con crianza en barrica, pero este tiene nada menos que 10 meses en barricas nuevas de roble francés de Nevers, échale guindas al pavo. Esto quiere decir que es un vino con un gran potencial de envejecimiento, un vino que va a ganar con los años. Para que os hagáis una idea, este es del 2006 y lo caté el día siguiente a la Navidad de 2011, cinco años después. Y en mi cava tengo uno de 2008 esperando su momento adecuado. El único inconveniente es el precio: la gente no tiene costumbre de soltar cuarenta pavos por un blanco, aunque los valga.

Antes de que se me olvide: es 100% chardonnay. Vamos a catarlo.

Milmanda 2006
Miguel Torres SA
DO Conca de Barberà
13,5%
Catado el 26 de diciembre de 2011.
  • Dorado, brillante y limpio.
  • Muy complejo: miel, anís, pimienta blanca, chocolate blanco, carne de membrillo, cierto toque empireumático*.
  • Muy potente, aunque no agresivo. Los toques golosos en nariz no se confirman en boca: es seco y muy fresco, con un paso muy envolvente y un final largo amargoso muy grato, con notas de limón amargo y pimienta blanca.
 Como buen labelófilo, me guardo las etiquetas.


* Los empireumáticos son un grupo de aromas asociados a productos artificiales tales como caucho, goma, PVC, vinilo, petróleo... Ojo, no son un defecto, sino todo lo contrario.


Clasificación de cervezas

Hola a todos,

Quiero aclarar una cosa que, quizás, os pueda haber extrañado hasta ahora. Si os fijáis en las etiquetas que utilizo, ocurre que dentro de la categoría "cervezas" tengo otras cuantas, concretamente cuatro: ale, lager, lambic y trapense. Es una forma de clasificar las cervezas un tanto sui generis, porque la clasificación "trapense" no debería estar ahí (actualización a 26 de marzo de 2019: hace tiempo que esta última es una clasificación aparte que, en su caso, se solapa a la de "ale", "lager" o "lambic"). Me explico:

Una forma de dividir las cervezas particularmente buena, a mi juicio, es la que las divide de acuerdo con el tipo de fermentación. Así, nos encontramos con tres grandes categorías:

  1. Alta fermentación: Ales. La fermentación es alta en dos sentidos: la temperatura es más elevada que en la fermentación baja y, además, las levaduras se encuentran en la parte de arriba del mosto y van bajando lentamente hasta el fondo, fermentando durante todo el proceso. Es la forma antigua de fermentación, y da lugar a muchos tipos de cerveza, todas ellas consideradas ales: stouts, porters, IPAs, bitters, barley wines, etc.
  2. Baja fermentación: Lagers. La fermentación es baja tanto por la temperatura, menor que en el caso anterior, cuanto por la ubicación de las levaduras, en la parte baja del depósito. La fermentación es menor que en el caso de las ales. Dentro de las lagers también hay varios tipos: bocks, märzen, hell o las archiconsumidas cervezas tipo pilsner.
  3. Fermentación espontánea: Lambic. Se da solo en Bruselas y una región aledaña, Pajottenland, y para su elaboración se forman balsas someras de mosto de cerveza en las que actúa la levadura ambiental local Brettanomyces bruxellensis, que está en forma de esporas en el propio ambiente. Las fábricas se dejan con las ventanas abiertas a propósito para asegurarse la llegada de estos microorganismos. Dentro de las lambic tenemos asimismo varios tipos, tales como gueuze, faro o kriek (con cerezas).
Este cuadro, que se encuentra en Internet, divide de entrada únicamente entre ales y lagers, metiendo entre las primeras todas las lambic. No es correcto, ojo, pero no deja de ser un esfuerzo muy loable con un resultado muy interesante. Además pone un par de ejemplos de cada tipo de cerveza. ¿Cuántas habéis probado?


Bien, hasta aquí tiene todo el sentido del mundo que, una vez asignada la etiqueta "cerveza", subdivida entre ale, lager o lambic, pero ¿por qué la etiqueta "trapense"?

Las trapenses suelen ser, en su mayoría, ales. Sin embargo, La Trappe produce una bock, y la elaboración de la Orval la acerca a las lambic. ¿No debería, según el caso, limitarme a especificar simplemente si estamos ante una ale, una lager o una lambic? Pues seguramente sí, la verdad. Lo que ocurre es que la elaboración y la filosofía trapenses alejan tanto estas cervezas de todas las demás que me parecía de justicia darles un apartado distinto, de modo que se puedan buscar rápidamente, de un plumazo, todas ellas juntas. Pero, en rigor, no se trata de un tipo de elaboración, sino de los propios artífices detrás de la cerveza (los monjes trapenses), que pueden elaborar según cualquiera de las fermentaciones arriba citadas.

Espero que hayáis entendido por qué incluyo la etiqueta "trapenses" y, de paso, el modo de clasificación según tipo de fermentación. Así que no os sorprendáis si catando una stout la etiqueta es "ale", o si con una bock es "lager": esto es perfectamente correcto.

Hasta la próxima, gracias por vuestra atención.

miércoles, 4 de junio de 2014

Leffe Royale (Whitbread Golding)

Bueno, bueno, saludos a todo el mundo.

Ayer estuve con mi madre y con mi perro dando un paseo por la Feria del Libro. Una mañana estupenda, paseo agradable, un par de libros que hacía tiempo quería... Además, aproveché según iba para pasar por la cuesta Moyano y vender algunos libros usados. Y mi perro goza en El Retiro, como comprenderéis.

Os voy a dejar la cata de una cerveza no muy conocida dentro de una marca que sí es muy conocida: Leffe. Es la marca de cervezas de abadía del grupo InBev, que ya es la mayor cervecera del mundo (hacen otras cosas conocidas como Stella Artois o Hoegaarden, por ejemplo).

Una cerveza de abadía y una trapense no son lo mismo: las de abadía se hacen al estilo de las trapenses, pero pertenecen a compañías con ánimo de lucro y la producción está en manos de la compañía. En el caso de las trapenses se elaboran por monjes (o con su supervisión) en el monasterio y sin ánimo de lucro: una vez cubiertos los gastos, el excedente se destina a obras de caridad y comunitarias, no va a parar a ninguna empresa. Pese a todo, no es raro que las de abadía estén asociadas a una abadía real, como en este caso: la abadía de Leffe existe (está muy cerca de Dinant, en Valonia).

El caso es que Leffe tiene algunas cervezas conocidísimas, que se pueden encontrar en casi cualquier gran superficie, como la blonde o la brune, y otras más raritas como la que hoy nos ocupa. Yo la probé por vez primera en el aeropuerto de Zaventem, y me gustó, así que he repetido. Aquí os dejo la cata, recientita:

Leffe Royale. Cerveza de abadía belga. 7,5%
Catada el 2 de junio de 2014.
  • Amarillo auto abierto. Crema marfil consistente y duradera.
  • Intensidad aromática elevada: balsámico (enebro, menta), metal, bollería.
  • Potente, muy punzante, con amargor pronunciado y persistencia larga. Recuerda a la Leffe Radieuse.


Actualización a 15 de agosto de 2018: andando el tiempo, Leffe ha sacado numerosas Royales en las que lo que cambia es únicamente el lúpulo empleado (hemos catado varias por Bebercio). Para evitar confusiones, a la Royale original (esta), que en principio se llamaba solo así, le han colocado el apellido de su lúpulo, una variedad oriunda de Poperinge, tierra belga célebre por sus lúpulos. ¿Y que lúpulos le dan ahora apellido? Los Whitbread Golding. Por tanto, esta cerveza no se llama ya solo Royale a secas, sino Royale Whitbread Golding. Sigue llevando la etiqueta negra y oro, y aquí os dejo una segunda cata, llevada a cabo en la mismísima Maison Leffe:


Leffe Royale Whitbread Golding. Cerveza de abadía belga. 7,5%
Catada el 5 de agosto de 2018 en la Maison Leffe.
  • Dorado intenso, brillante y limpio, con crema nívea muy duradera y suave.
  • Intensidad aromática elevada: café, miel, menta, humo. Muy diversa y aromática.
  • Carbónico medio. Mucho cuerpo. Redonda, con paso lento. Final no muy amargoso pero sí muy largo. Rica.
Esta segunda cata es de grifo, al contrario que la anterior (la botella está cerrada, aparece para completar la imagen, que está tomada en el pub aledaño al museo Leffe, como os decía).


martes, 3 de junio de 2014

Rochefort 6

La abadía de Saint-Rémy, en Rochefort, Valonia, es la última que visitamos mi padre y yo de todas las que hay en Bélgica. Elaboran tres cervezas, que se denominan empleando números: 6, 8 y 10 (relacionados con la gravedad específica del mosto antes de fermentar).
Aquí estamos padre e hijo frente a la abadía de Saint-Rémy, Rochefort.

A través de la ventana podéis ver la brasserie (que, como de costumbre, no es visitable).

La número 6, que es la que vamos a catar hoy, se elabora solamente una vez al año y supone nada más que el 1% de la producción total de la abadía (la más común es la 8, que es también la única que actualmente viene en formatos distintos del tercio). Curiosamente, aunque ahora sea la de menor producción, la 6 es la más antigua de todas las cervezas de esta abadía. Lo que ocurre es que la 8 ha tenido un éxito arrollador y la ha relegado a una posición testimonial.

 La Rochefort 6 degustada en Rochefort (concretamente en La Gourmandise).

No os preocupéis, que vamos a catar todas las cervezas de la abadía, pero hay que empezar por alguna parte y he decidido hacerlo con nuestra amiga la 6. Catemos:

Rochefort 6. Cerveza trapense belga. 7,5%
Catada el 12 de abril de 2014
  • Ámbar parduzco cubierto. Crema color hueso, muy abundante, compacta y duradera.
  • Intensidad aromática muy elevada: butterscotch*, mantequilla, vainilla, toffee, galleta María, flan de huevo... Muy golosa**.
  • Fresca, potente, estructurada. Buen equilibrio entre acidez, dulzor y umami. No es nada amarga. Persistencia media-baja. Una cerveza de postre formidable.


*Butterscotch: ni más ni menos que el caramelo que le ponen a los sundaes de máquina en las hamburgueserías (ya sabéis, se puede elegir entre chocolate, sirope de fresa y caramelo; pues ese caramelo). No sabe igual ni tiene el mismo color ni huele lo mismo que el caramelo empleado en los flanes, que es más oscuro y denso. Si acaso, recuerda al toffee, pero tampoco es igual del todo.
**Recordaréis que dulce es un sabor, no un aroma. Cuando algo huele a cosas dulces se habla de perfume goloso.

lunes, 2 de junio de 2014

Artadi Grandes Añadas 2000

Este es uno de esos casos que alguna vez os he comentado, en que aprovecho oportunidades muy buenas para conseguir vinos normalmente muy caros (en este caso unos 80 eurazos o más) a muy buenos precios. En este caso uno de los grandes vinos de una de las grandes bodegas españolas.

La gente de Artadi tiene en su catálogo nada menos que El Pisón, que pelea muy duro por alzarse con el título de mejor vino del país, y que es de los poquísimos que alguna vez ha logrado los cien puntos del señorito Parker. Justo detrás en dicho catálogo viene el Grandes Añadas, un vinazo alucinante, 100% tempranillo, que, como su nombre indica, solo se produce cuando la bodega considera que la cosecha de ese año ha sido digna del vino, es decir, cuando ha sido una gran añada.

La del 2000 fue una de esas grandes añadas, y el resultado fue este vino. Lo bebí con la familia, porque pienso que estos vinos merecen grandes ocasiones, y qué mejor ocasión que el hecho de abrir uno de estos vinos, ¿verdad? Así que sin esperar a cumpleaños o navidades convoqué a seis familiares y nos dimos el homenaje, con buena comida, buena conversación y un gran vino. Estuvo fenomenal.

Por alguna extraña razón, no tengo fotos del evento. Es raro, la verdad. He buscado por Internet fotos de la botella, al menos, y las que he encontrado eran un churrazo. Bastante sorprendente. Entiendo que es un vino esquivo, pero que no haya fotos me sorprende. Lo más que he hallado es una foto medianamente decente de la etiqueta, ahí va:
Menos da una piedra.

Y, por supuesto, aquí tenéis la nota de cata de esta joya:

Artadi Grandes Añadas 2000
Cosecheros Alaveses SA
DOC Rioja
13,5%
Catado el 25 de septiembre de 2011.
  • Cereza intenso, muy cubierto, con ribete pardo marrasquinado. Bastante glicérico y con mucho pigmento.
  • Ciruelas y cerezas pasadas, guindas, hueso de melocotón, lavanda, cacao, café, incienso, sándalo, cuero, cecina, salsa Perrins... Pasado un tiempo aparecen en la copa notas de más hierbas aromáticas, de mineral (acero, pedernal, agua de río), más frutas (arándano, grosella negra), especias (nuez moscada, un punto de canela), algo de caramelo...
  • Muy fresco, suave, amargoso, intenso, grato y larguísimo. Por vía retronasal es también complejísimo: guinda, pomelo amargo, pasas, prunas, yogur con arándanos, mora negra, paté de aceitunas, escaramujo, mantequilla, humo, pan tostado, tabaco, clavo, cedro, enebro, tinta china, crayón...
Como podéis constatar, es una maravilla. Un vino que despliega una complejidad increíble y que evoluciona constantemente desde que se sirve hasta el último sorbo. Si alguna vez tenéis la oportunidad, no dejéis de probarlo, merece con creces.

Gracias por vuestra atención, hasta la próxima entrada.