La uva empleada es la local, esto es, tinta de Toro, proveniente de viñas viejas (cercanas al siglo de edad) y, en el caso que nos ocupa (el vino joven) sin paso por barrica pero con maloláctica en roble francés.
Una última nota alucinante: cuando caté este vino, hace la torta (2010), costaba cinco pavetes. Hoy solo cuesta 50 céntimos más. Ni inflación ni porras, me descubro ante ellos. Y está buenísimo, es difícil de batir en relación calidad-precio.
El Pícaro 2009
Bodega Matsu (Vintae)
DO Toro
14,5%
Catado el 29 de marzo de 2010.
- Picota con ribete violáceo. Cubierto, brillante y limpio.
- Frutas del bosque maduras y en sazón. Vainilla, pimiento verde (qué curioso, es una nota de cabernet sauvignon), nuez moscada, acero. Incluso ceniza de tabaco.
- Potente, fresco, corpulento sin ser agresivo. Buenos taninos, persistencia media y retronasal marcada por más tabaco y más (atiende) pimiento verde. Jo, y eso siendo 100% tinta de Toro.
Etiqueta formidable: arriesgada, llamativa y fácil de recordar. Encima el vino es estupendo y vale cinco pavos. De mi colección de labelofilia, con mancha de tinto incluida.
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