En esta época parkerizada en que todos los tintos parecen tener la obligación de ser potentísimos, con mucha extracción, mucho color y mucho grado, ciertas uvas como la garnacha o la pinot noir corren el riesgo de ser ninguneadas o alteradas. Y me parece un error, así que las reivindico y admiro a la gente que deja que se expresen en lugar de alterarlas para acomodarse a las modas.
Un ejemplo es el que elaboran en Valencia los de Clos de Lôm: poquito grado, poquita extracción, aromas sutiles (con estas uvas hay que ser paciente y esperar tras abrir la botella y servir, ya sea en la copa o en el decantador) y, francamente, muy rico. Si hacemos garnacha, que sea garnacha y se note.
Clos de Lôm garnacha 2018
Clos de Lôm
DO Valencia
13,5%
Catado el 2 de abril de 2020.
- Cereza de capa media con ribete cardenalicio.
- Empieza, como os adelantaba, cerrado. Tras abrir, la intensidad aromática es solo media, pero muy agradable: hojas de fresa y de parra, bayas rojas; también algo de chocolate y de café. ¿Sabéis esas tabletas de chocolate relleno de fresa? Pues a eso recuerda el aroma.
- Suave, fresco y delicado, con buen recorrido y persistencia media.
Todo un clásico en lo que a etiquetado se refiere: a la izquierda (en vuestros ordenadores; supongo que en el móvil será arriba) tenéis la etiqueta, genérica. A la derecha (o abajo, o vaya usted a saber) la contraetiqueta, específica de la añada.
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