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miércoles, 30 de diciembre de 2020

Maneblusser

Para esta última entrada del año, además de catar, os voy a contar una historia chula.

En múltiples ocasiones hemos hablado de la ciudad flamenca de Malinas, conocida en neerlandés como Mechelen, a medio camino entre Bruselas y Amberes y en la que se crió el emperador Carlos I de España y V de Alemania. De todo ello hemos hablado, y también de la cervecera Het Anker, que se ubica en el antiguo beguinaje mayor de la ciudad y que elabora verdaderas maravillas.

Un rincón del Groot Begijnhof (beguinaje mayor) malinés: la calle Hovius. Como el resto de beguinajes flamencos, es Patrimonio de la Humanidad. Y lo que veis al final de la calle es la parte de destilería de Het Anker, con la chimenea sobresaliendo.


Pues bien, vamos a volver a Malinas y a Het Anker para catar otra de sus cervezas, una que recibe el extraño nombre de Maneblusser. ¿Y de dónde viene? Para aclararlo necesitamos otro poquito de historia.

La catedral de la ciudad, Sint-Romboutskathedraal, tiene un único campanario, altísimo pese a estar inacabado, que también ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Os lo muestro:

Una maravilla de casi 100 m. Si es que tenéis que ir a Malinas (o volver).


Resulta que, al parecer, el 27 de enero de 1687 había luna de sangre sobre la ciudad, que se encontraba cubierta esa noche por una densa capa de niebla. El fulgor selénico a través del filtro nebuloso (jo, qué bien me expreso) hizo que un habitante de la ciudad que había bebido un tanto considerase, erróneamente, que la torre ardía: a sus gritos, rápidamente, se formó una cadena humana para intentar apagarla con cubos de agua. En eso la niebla se disipó lo suficiente como para ver que no había tales llamas. Desde entonces, al habitante de Malinas se le llama Maneblusser, esto es, "apagalunas".

Este poste señalizador del centro de la ciudad nos indica a la derecha el camino hacia la torre de la catedral; se ve la misma, la luna en la niebla, el borrachuzo dando voces y a una buena vecina lanzando un cubo de agua.


Tras esta introducción histórico-geográfico-folklórica, llegamos al bebercio, que es de lo que va este blog: la casa Het Anker ha decidido lanzar una cerveza que se pueda asociar con la ciudad, del mismo modo que Ámbar se asocia con Zaragoza, Carlsberg con Copenhague o Brooklyn con... Brooklyn.

Para ello, ha elegido este mote cariñoso que reciben los nativos de Malinas, y ha elaborado una ale fácil de beber (5,8%, lúpulos cítricos), asequible (el formato de lata es al que dan preponderancia) y con un logo gracioso: un fulano "alegre" (en varios sentidos) con casco de bombero, un cubo de agua en una mano y una cerveza en la otra.
Al cenar en la brasserie de la fábrica tenían el detalle, al final, de regalarte una lata para que la probaras, que es justo lo que estamos haciendo. Muy majetes.

Maneblusser. Cerveza belga de alta fermentación. 5,8%
Catada el 23 de julio de 2020 en Het Anker.
  • Dorada, ligeramente turbia, con irisaciones verdosas. Crema blanquecina, espumosa y abundante.
  • Intensidad aromática elevada, aunque sin exagerar. Efectivamente, ahí están las notas cítricas: corteza de limón, cilantro... También cereales de desayuno (esa es la malta).
  • Carbónico conspicuo. Alimenticia, con buen cuerpo. Viva, amargor medio-alto. Persistencia bastante elevada. Buena.
Está buena incluso de lata y a temperatura ambiente, que es mucho decir.
Servida en su propia copa, sobre su propio posavasos, frente a Koch y su prótesis recién estrenada (entonces), y en su propio hotel dentro de la propia fábrica. Sí, es una de las habitaciones del hotel que hay en la cervecera. Todo muy propio.


Felices salida de 2020 y entrada en 2021 a todos. Nos vemos el año que viene si así lo queréis.

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