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domingo, 7 de abril de 2024

La Pilareta

Llevábamos algún tiempo sin acercarnos a un restaurante de la capital valenciana, con lo que nos gusta la Ciudad del Turia por Bebercio.

Llevamos ya seis restaurantes valencianos en total, así que este será el séptimo y, aunque suman cinco estrellas entre ellos, hoy nos vamos a acercar a una tasca sencilla, tradicional, con más de un siglo a las espaldas.

Tasca que está en pleno... ¿barrio del Carmen? Bueno, eso es lo que ellos dicen, y es verdad que se suele pensar que El Carmen empieza de espaldas a la Lonja de la Seda, pero técnicamente es el barrio que queda entre Caballeros al sur y el cauce del Turia al norte, así que la tasca formidable que hoy nos ocupa, llamada La Pilareta, oficialmente parece quedar en el barrio del Mercat, llamado así por el formidable Mercat Central, visita siempre recomendable.


La maravilla modernista que supone el Mercat Central.

Pero divago. La Pilareta es un bar-restaurante inaugurado en 1917 y regentado antaño por quien le dio nombre, doña Pilar Contell, desde la fundación hasta 1983. Siguió en manos familiares hasta el año 2000 y, en 2010, cambió su nombre de forma oficial a La Pilareta, que es como todo quisqui lo llamaba.

 

La entrada, que da a la plaza del Tossal, con su terracita (unas cuatro mesas, aunque seguramente puedan sacar más cuando haga caloret faller).
 
 
Cuando entramos, esta maravilla nos recibe. Mesas y sillas de madera, azulejería genial en las paredes, esa colección de botellas viejísimas sobre la barra, que es a su vez formidable... Me gusta el reloj, asumo el extintor (seguridad sobre belleza). Inciso: no os hacéis una idea de lo que servidor saliva frente a estas botellas viejísimas de vino, mistela, brandy... y lo imposible que es convencer a los dueños de que abramos y catemos alguna de ellas. Jarl.
 
 
Si os fijáis en la foto anterior, hay un momento en que los azulejos aparecen por las techumbres y la barra se acaba pero sigue habiendo establecimiento. Pues bien, ahí, a la derecha, está la cocina, chiquita, con peroles de toda la vida y un techo en el que cualquiera se abriría la cabeza. Hela aquí, y descubrome ante quienes cocinan tamaños manjares.


La Pilareta es conocida como "la casa de las clóchinas". ¿Y qué son las clóchinas? Pues os voy a contestar a la vez que me genero animadversión en 3, 2, 1... son mejillones. Hale, ya lo he dicho.

"¡Nooooo!" escucho clamar a los apasionados de la clóchina. "Los mejillones son grandes y atlánticos, las clóchinas chiquitas y mediterráneas", oigo afirmar a voz en cuello a los defensores de lo local. "Los mejillones pertenecen a la especie Mytilus edulis, las clóchinas a la especie M. galloprovincialis" entiendo sentenciar a los más redichos.

Y sí, en principio tienen razón apasionados, defensores y redichos. En principio.

Sabéis que en Bebercio vamos a menudo a Bélgica y los Países Bajos, donde el mejillón es una institución, con veda y cuidado. Y son chiquitos, pero también atlánticos. Además, sabemos que M. edulis sufrió una epidemia que se llevó por delante a la mayoría de los ejemplares, y que hoy lo que viene de Galicia es, en realidad, M. galloprovincialis. Y también sabemos que podemos encontrar clóchina (incluso en La Pilareta) fuera de los meses sin R, que era la idea de partida respecto a la veda.
 
Conclusión: Mytilus galloprovincialis es, en Europa y a día de hoy, lo que se esconde tanto detrás del palabro mejillón cuanto del palabro clóchina (clótxina), al margen de tamaños, mares o meses del año. ¿Ya me he ganado la animadversión de todo lector habido y por haber? Bien, entonces continúo.

En un tiempo en que sí había diferencia entre mejillón y clóchina, La Pilareta se hizo célebre por servir unas clóchinas prietas, sabrosas, solo en temporada, muy bien cocinadas. ¿Cómo? Sobre la plancha, en peroles, dejamos que se cuezan vivas (animalitos) y, sobre el líquido que ellas mismas rezuman, añadimos pimentón, pimienta, aceite y un minúsculuo chorrito de limón. Finis.


Bien limpias, magistrales, deliciosas: clóchinas al vapor. Si todavía coméis animales, probadlas. No solo está la opción de tomarlas tales cuales, también podemos elaborarlas como...


...croquetas de clóchina. Magistrales, entre las mejores croquetas que he probado, y soy un apasionado (pese a que cada vez puedo comer menos rellenos, pero seguimos al pie del cañón).


Habas negras granaínas: ellas solitas, cremosas, con una nota clara de hierbabuena en su cocción. Me podría pasar horas zampándolas (como me pasa con el edamame), con el consiguiente peligro para cualquiera que estuviera en la misma habitación que el chache. Y esto me pasa a mí, te pasa a ti y le pasa al perro que nos ladre.


La Pilareta
Encargado: Juan Carlos Santos
Moro Zeit 13, 46001, Valencia
+34 963 910 497
http://www.barlapilareta.es/
precio medio: 25 €

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