Hola, resalaos,
Las sanluqueñas bodegas Barbadillo son unas viejas conocidas de Bebercio. Imaginemos que empezamos con las sacas estacionales de manzanilla en rama (como esta) y, pasados ocho o nueve años (hablamos de manzanilla pasada, claro), en vez de embotellarla como tal, continuamos la crianza, pero oxidativamente, sin velo de flor, hasta los doce (o incluso quince) añitos. ¿Qué tendríamos? Lo que hoy os traigo.
Un amontillado, ciertamente (vinos que empiezan su crianza bajo velo, pero con los años lo van perdiendo y terminan expuestos a la oxidación); pero de Sanlúcar de Barrameda, por lo que no empieza como fino, sino como manzanilla; y no como manzanilla normal, sino pasada. Telita, en una palabra.
Tenemos dos catas separadas, así podemos comparar.
- Topacio limpio con irisaciones ambarinas. Abundante lágrima.
- Intensidad aromática elevada: estero, avellana, pan tostado; una nota empireumática.
- Seco, más bien fino (se notan los largos años criándose como manzanilla). Paso con muy buena sal. Potente, pungente, con taninos bien marcados, pero no agresivos. Final persistente, con notas de frutos secos y pan tostado. Además de rico, se deja beber muy bien: me podría tomar tres seguidos sin problema alguno.
- Topacio cobrizo, limpio, con ribete grisáceo y abundante lágrima.
- Intensidad aromática elevada: Instant Balloon, hierba, hierro, mojama.
- Muy seco, potente y amplio en boca. Final duradero, pungente, con notas de maderas exóticas.
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