Blanc pescador

Seguimos, tras el Peñascal rosado, con esos vinos de mesa un tanto reguleros pero muy consumidos que uno puede encontrarse en casi cualquier gran superficie, economato o gasolinera.

En este caso el elegido es un blanco catalán, elaborado con la terna clásica de la DO Cava (xarel·lo, parellada y macabeo) aunque con un carbónico muy residual que no lo convierte en un espumoso (se vuelve a utilizar el complemento "de aguja" para dar a entender que tiene poca burbuja; eso sí: especifican que el carbónico es resultado de un proceso de fermentación natural, esto es, no es gas exógeno).

Ah, aunque sea la terna clásica de los cavas, este vinillo es vino de mesa, no se acoge a DO alguna.

Blanc pescador
Cadelamsa
Vino de mesa
11,5%
Catado el 18 de julio de 2018.

• Amarillo palidísimo, abierto y limpio, con burbuja fina visible.
• Intensidad aromática alta: aromas de limón no muy finos (recuerdan más a las toallitas de las marisquerías para limpiar las manos que al fruto cítrico); recuerdos de níspero y magnolia.
• Punzante, muy vivo, con paso menos ligero de lo que cabía esperar. Final breve, ligeramente amargosillo con notas de limón verde (del de las caipirinhas). A ver, una vez más no podemos decir que sea terrible. Ahora, que sea bueno... yo diría que tampoco. Regulín-regulán, pero sin defectos.

El precio es su gran baza: no llega a cuatro pavos.