Tres amigos de Lieja (Bélgica) decidieron juntarse para elaborar cerveza artesanal, y debieron pensar algo del tipo "¿un nombre chulo? ¡Tripick!" y así eligieron un nombre penoso, difícil de recordar y fácil de confundir (no hay T intermedia, nada que ver con trípticos, más bien con tripis y otras sustancias).
Luego pensaron "¿cómo llamar a nuestras birras? ¡Ya está: 3,4,5,6,7 y 8!" Muy bien, así no hay confusión posible, y siempre podrán sacar nuevas elaboraciones sin problemas. Año 2326, la tricentenaria brasserie Tripick lanza la Tripick 3708 (¿o era la 3709? Ay, con lo ricas que eran la 726 y la 1002... ¿o la 626 y la 102? ¡No me acuerdo!)
Bueno, pues tras despotricar sobre nombres y números, os diré una cosa: la cerveza de hoy está muy rica. Nombres y etiquetas molan, pero al final lo que cuenta es el líquido que uno se pimpla. Y este está muy bueno.
- Anaranjada pálida, muy turbia (hay sedimento en el fondo), con crema espesa, nívea y duradera.
- Intensidad aromática media: naranja, diente de león, galleta, arcilla.
- Seca y potente, bien equilibrada gracias a la acidez fresca. Final amargoso y duradero. Maja, la verdad.
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