Con la de hoy llega Bebercio a las 2400 entradas (se dice pronto), y para celebrarlo os traigo un cervezón como la copa de un pino.
La última Black Damnation que catamos fue la III, donde os hice una recapitulación de las otras catadas y de la birrota que le sirve de base. Os emplazo a releer aquella entrada si no os acordais: merece la pena.
Pues tras la tercera, la quinta y la nona nos vamos a... la vigésima sexta. Como lo oís. Esta gente de De Struise no para, ya llevan 30 y no quitan el pie del acelerador. Te despistas un momento y han volado 15 entregas.
En nuestro periplo anual por Bélgica de este año recalamos, una vez más, en el Delirium Café de Bruselas; que sí, que es un destino para guiris y estudiantes Erasmus que van por su Beer Meter, cierto; pero también tiene una envidiable carta de birras (que le valió hace casi dos décadas entrar en el Guinness), carta que cuesta dios y ayuda conseguir y que no siempre coincide con lo que tienen en la cava. Pero sigue mereciendo.
Conseguí la susodicha carta entre tremendos decibelios y leíla con mínimas candelas y, al pedir la elegida, cierta Black Damnation primigenia, fui informado de que solo tenían la nº 26. Así que pedí la nº 26, y hoy os la traigo.
En este caso han envejecido la Black Albert en barricas que previamente contuvieron Château Haut Breton Larigaudière, de la AOC Margaux. Catemos.
- Marrón tan oscura que es negra, cubierta, con crema leonada escasa.
- Intensidad aromática media (gana con la temperatura, es una cerveza para tomar del tiempo, no fría): guindas al marrasquino, ciruela negra, grosella también negra, caramelo de café, gominola de cola.
- Ataque muy sedoso y dulzón. Paso fresco, incluso acídico. Alcohólica, con un final amarguérrimo y larguísimo con notas de café, chocolate y tostadas. Genial.
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