La DOC Carcavelos es una denominación portuguesa diminuta y que estuvo a punto de desaparecer; hasta hoy no habíamos catado nada en Bebercio.
A medio camino entre los municipios de Oeiras y Cascais (es decir, al ladito de Lisboa según se sigue la desembocadura del Tajo hacia el Atlántico), tiene su origen en los ss. XV-XVI, pero no despega hasta la llegada del Marqués de Pombal, allá por el s. XVIII, porque este tenía unos viñedos de su propiedad por allí y movió hilos.
El vino, generoso, puede ser blanco o tinto (el de hoy es blanco) y tuvo mucho predicamento hasta el s. XX, momento en el que Lisboa crece y las vides se arrancan para levantar edificios que alojen a todos los que quieren hacer surf cerca de la capital (la playa de Carcavelos es la primera playa plenamente oceánica desde Lisboa, y es célebre por sus olas).
Afortunadamente para los enófilos, no todas las vides se arrancaron ni todas las bodegas cerraron, aunque apenas queda un puñado.
El vino que hoy probamos es el único que elabora la bodega Villa Oeiras. Tiene un envejecimiento medio de 15 años y parte de las tres variedades blancas principales de la DOC: arinto, galego dourado y ratinho.
- De color topacio, turbio, con ribete verdoso y lágrima escasa.
- En nariz recuerda a un brandy: frutos secos (anacardo, nuez), cuero limpio, maderas aromáticas (sándalo, palo santo), especias (vainilla, nuez moscada, cardamomo), vinilo.
- Ataque abocado. Paso agridulzón, amplio y cálido. Final largo, vivo, con notas de repostería y cacao. Muy interesante.
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