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domingo, 7 de septiembre de 2025

Las Horneras

Cuando se habla de la España vaciada se suele pensar en Teruel y en Soria (con razón), pero resulta que estas dos provincias no tienen frontera común, y que la zona de transición entre ambas es donde mayor despoblación hay no ya en el país, sino en toda la UE (descontando las zonas septentrionales de los países escandinavos, que están vacías del todo).

¿Y qué zona es esa? Pues el Señorío de Molina, cuyo epicentro es Molina de Aragón. Y, pese al nombre, está en la provincia de Guadalajara. Dato curioso: no solo es la zona más despoblada, también es donde se registran las temperaturas mínimas de toda la Península (sí, no es en Ávila ni en Burgos, sino en Molina).

Una vista de Molina y su castillo desde el flamante Parador. Fotos siempre propias, claro.

En el Señorío y sus alrededores se ubica el Parque Nacional del Alto Tajo, donde nace y recorre sus primeros kilómetros este río, el más largo de la Península, excavando hoces y barrancos entre pinares y sabinares. Es un lugar impresionante y muy poco alterado, que siempre merece la visita.

Un ejemplo: el Barranco de las Cárquimas, tan espectacular como remoto y desconocido.
 
 
Ahora, vayamos a uno de los pueblos que se encuentran, salpicados, por el Señorío y dentro del Parque: Cobeta, con poco más de cien habitantes (ojo, es de los grandes). Cobeta tuvo su propio señorío en el medievo, anejo al de Molina; algo que se ve en la denominación de otras poblaciones: Olmeda de Cobeta, Villar de Cobeta... Pero esa es otra historia.
 
El símbolo de Cobeta: su castillo (del que quedan tan solo la torre del homenaje y el aljibe) en un día de niebla baja.

Bien, hechas estas presentaciones, vamos a comer en un flamante restaurante cobetano, abierto en verano de 2025: Las Horneras. Resulta, ahora que miro, que no teníamos ningún restaurante en la provincia de Guadalajara, así que subsanamos tamaña carencia.

El establecimiento, que sigue la arquitectura de mampostería tradicional cobetana (con guiños a la modernidad a través del acero cortén).
 
 
Sito en el que fuera horno de pan varias generaciones atrás (ha habido otros hornos y otras tahonas en Cobeta), el nombre rinde homenaje a una serie de mujeres que lo cocinaban, y que dan nombre ahora a las habitaciones que el establecimiento oferta (porque, además de restaurante, es alojamiento rural). El horno de leña sigue siendo, según ellos mismos nos cuentan, el corazón del lugar.
 
La cocina. A la izquierda, el horno de fundición; a la derecha, Álvaro (aka "Micro"), el chef.
 
 
El restaurante cuenta con una sala para 20 comensales y una terraza interior para otros tantos. La gastronomía es regional con ciertos guiños contemporáneos, con primacía del producto cárnico (vacuno, ovino y caprino). Como servidor es vegetariano, dicho producto no lo he catado, pero no se preocupen los carnívoros: tengo fotos que otros comensales me han permitido tomar.
 
Para los que seáis como yo, además de contar con mi enhorabuena, sabed que en Las Horneras se adaptan y pueden preparar la mayoría de platos ateniéndose a las diversas necesidades de cada uno.
 
La sala interior. Llevamos media docena de fotos y nada de comer. Venga, al turrón:

 
Como aperitivo, unas croquetas de queso azul y cebolla caramelizada. Un buen ejemplo de lo que os decía más arriba: las croquetas normales son de cordero y alioli confitado, pero si uno es vegetariano tienen esta opción.

 
Alcachofa a la parrilla con trufa negra. Otro buen ejemplo de lo mismo: el plato normal de alcachofas lleva crujiente de jamón ibérico, pero aquí se sustituye por trufa negra rayada al momento (como se ve en la foto).

 
Aquí tenemos unas verduras a la parrilla con romesco. De momento los vegetarianos (incluso los veganos, salvo por las croquetas) estamos contentos. 
 
 
Huevo frito con langostino tigre sobre cama de patata. También lleva trufa negra rallada al momento. Se puede pedir sin langostino, claro, pero ya no es lo mismo.
 
 
 
Vamos con los carnívoros. Como os decía, la carne es la estrella en la carta. Los cortes de vacuno tienen más que ver con los del Cono Sur que con los españoles: aquí, picanha de buey Angus criado en Guadalajara (GuadAngus, lo llaman). La picanha es un corte originario de Rio Grande do Sul, al sur de Brasil, similar al lomo bajo.
 
 
 
Aquí tenemos un corte de vacuno menos sudamericano y más británico: solomillo inglés (sirloin) de GuadAngus. En este caso coincide (aproximadamente) con el lomo alto español.
 
 
Aunque hemos visto dos cortes de vacuno, las carnes estrella en la carta son el cordero y el cabrito, porque en Cobeta todavía hay pastores tradicionales dedicados a la ganadería extensiva de ovino y caprino: en la foto, cabrito al horno. Sin más, dejando que hable la calidad del producto.
 
  
Llegamos a los postres, y os traigo la estrella: torrija con costra de caramelo y helado de leche merengada. Ellos hablan de una "falsa torrija", porque no lleva huevo. Se puede pedir con helado de turrón, pero este maridaje me parece más acertado.
 
 
Espresso. El café lo pone Supracafé... y es de cápsula. Es, tal vez, la mejor cápsula que he catado hasta la fecha; pero sigo prefiriendo un grano escogido y molido al momento, qué queréis que os diga.
 
 

Este nuestro primer restaurante en la provincia española de Guadalajara es harto recomendable: por la calidad del producto, por el servicio, por las instalaciones, por el pueblo en el que se ubica y por el entorno en el que está dicho pueblo. Además, estaréis revitalizando con vuestra visita la España vaciada, que es un valor añadido.

 

Las Horneras
Jefe de cocina: Álvaro Lucía Marcos
Castillo s/n, 19443, Cobeta
+34 621 240 349
https://www.lashornerasdelaltotajo.com/casa-de-comidas/
Menú Petronila: 38 € 
 

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